Lo mejor de Las Verdes es lo distintos que somos sus oficiosos integrantes. Con una afición común, correr, en todo los demás, somos de lo más variopinto. Política y laboralmente dispersos, con gustos musicales, cinéfilos y culturales casi antagónicos… somos un grupo de lo mejor avenido.
Sé que soy un Malverde porque no tengo la capacidad de sacrificio y sufrimiento de mis colegas. Así, en las carreras, cuando veo que José Antonio, Abel, Javi o Mario empiezan a irse… nunca soy capaz de seguirles. O entrenando, que siempre voy acomodado. Hoy, sin ir más lejos, cuando he llegado a casa, me he dado cuenta de que me apetecía más tralla, haberme dado más caña, haber apretado las piernas y subido de ritmo.
Hasta ahora, y con excepción de la Media Maratón del Melocotón, he venido mejorando mis marcas en la distancia de los 21 kilómetros corriendo de forma conservadora. Y, sin embargo, en esta ocasión me apetece tirarme al monte y, a riesgo de no terminar la carrera o de enfermar en ella; salir en tromba. Sé que luego no lo haré. Me pesarán las piernas, racionalizaré y me frenaré. Pero bueno. Si el primer objetivo es terminar, el segundo es mejorar la marca de la Media Maratón de Motril y, el tercero, íntimo y sentido… bajar de la hora y los cuarenta minutos. Sin acabar tan destrozado y machacado como en la Ragua… ¡o sí! Me da igual, sinceramente, reventar. ¿Seremos capaces? La respuesta, el domingo… y ya veremos si terminamos en condición de escribir algo. Jesús Lens… pensando en Verde. Etiquetas: correr, media maratón de granada, fondo, las verdes |