PACO IGNACIO TAIBO I

“La gran mayoría de mis viajes están estimulados por el imán que significan los amigos, sin los cuales acaso yo hubiera sido un personaje sedentario, en vez de lo que en México se llama Pata de Perro.

Llegué, por tanto, a Alburquerque, a la búsqueda del poeta Ángel González…”

La primera vez que fui a Semana Negra, cenando en la estación de Chamartín, coincidí junto un señor cuya provecta edad era directamente proporcional a su vitalismo, entusiasmo y buen humor.

Tenía un bigote más fino, pero se llamaba, también, Paco Ignacio. Y era Taibo. El I. El primero. El Number One. Yo, reconozco, me senté a aquella mesa queriendo haber estado junto a PIT II, mi ídolo literario, mi escritor de cabecera, padre de Olga Lavanderos y del Jefe Fierro, autor de “Sombra de la sombra” o “La bicicleta de Leonardo”.

Y, sin embargo, la suerte me cruzó con otro Taibo, con el que pasé una gloriosa velada, escuchando hablar de viajes, poesía, libros… y ciclismo. Porque el PIT I periodista había cubierto muchas el Tour de Francia: “Tourmalet. El Tour de Francia pasa por una cumbre que a mí, tan poco afecto a los sentimentalismos geográficos, me produce un escalofrío entre helado y doloroso… el Tourmalet no es tanto una montaña como una maldición.”


Es cierto. Primero vi a PIT II y justo después abracé a Justo Vasco. Pero mi primera conversación en Semana Negra, la primera de esas charlas que confieren al Festival Multicultural más importante de Europa su auténtica esencia y razón de ser, la sostuve con PIT I. O, mejor dicho, él tuvo la deferencia y yo la inmensa suerte de poder escuchar la sabiduría y el inmenso caudal de experiencias vitales acumuladas por un hombre mayor, divertido, ingenioso y extraordinario contador de historias.

Hoy, 13 de noviembre, día de felicidades fraternas, se ha convertido, también, en día de luto.

Y por eso voy a mi biblioteca y rescato esas “Ocurrencias. Notas de viajes” de Paco Ignacio Taibo I, que comienzan de una forma tan magistralmente sencilla:

“Esto que sigue son ocurrencias.
A mucha gente se le ocurren ocurrencias.
Algunos, por pudor, las ocultan.
Otros, por negligencia, las olvidan.
Algunos no tienen ocurrencias.
Para el Diccionario de la Lengua Castellana,
de la Real Academia Española, edición de
1780, ocurrencia es encuentro, suceso casual,
ocasión, coyuntura.
Todo esto bien pueden ser estas ocurrencias,
también.
Nacieron en la sección de Cultura de El Universal.
A pesar de ser solamente ocurrencias, me dio pena
dejarlas morir.”

Por ejemplo, ésta: “Madrid. No conozco otra ciudad tan dada a la vida sin sueño, tan abierta a gozar hoy lo que los hombres de ayer no podían ni soñar con gozarlo. Yo diría que el hombre y la mujer que viven en Madrid, viven tres o cuatro veces más que los que habitan en otros lugares del planeta.”

Exactamente como tú, Maestro.

Buen viaje, Pata de Perro.

Jesús Lens.