Hace unos días les hablaba de la ponzoñosa realidad frentista y enfrentada de la política contemporánea, tanta fuerza invertida en destruir al otro, caiga quien caiga y sea al precio que sea. (Aquí lo pueden leer). Una dualidad empobrecedora que en nuestro país sufre de otra dialéctica con una capacidad de absorción que para sí la quisieran los agujeros negros de Alfa Centauri: Madrid-Barcelona.
Igual que, en su momento, nos empachábamos con las noticias sobre Barcelona, la Generalitat y el independentismo; estos días solo existe Madrid. A nada que te descuides, acabas hablando con soltura de los límites que separan Ciudad Lineal del barrio de Salamanca, corriendo el riesgo de olvidarte de lo que pasa en tu barrio. O en la residencia Río Fardes de Benalúa, donde han muerto por coronavirus varias personas en los últimos días. Y aquí no pasa nada.
Seguimos el duelo al sol protagonizado por Illa y Díaz Ayuso, en vivo y en directo, on line y en streaming, con más pasión e interés que un Barça-Real Madrid. ¿Cómo afectará esa pugna, de rebote, a las nuevas medidas que anunciará la Junta de Andalucía estos días? Medidas que tienen muy inquieto, lógicamente, al sector de la hostelería, que se echa a temblar ante una hipotética nueva reducción del aforo.
Hacer pronósticos es gratuito. Aun así, creo que la Junta promulgará medidas más estéticas que otra cosa. La reducción de las reuniones a grupos a seis, por ejemplo. El seis tiene pinta de ser tendencia para el otoño-invierno. Y lo mismo le echan el cierre definitivo a las barras para evitar que la gente se arracime en torno al grifo de cerveza. En cualquier caso, se va a llevar mucho lo de seguir tomando el café y las cañas en las terrazas, a pesar del frío. Habrá que hacerse con bufandas, plumones y forros polares para pegarse bien a las estufas.
Lo que sí espero es que no cierren los parques. Me parece una medida muy desacertada que, como económicamente no afecta a ningún colectivo con altavoz, a los políticos le sale gratis. Un punto más en su lista de ‘Cosas que estamos haciendo para frenar el coronavirus’. Transmite una sensación de actividad y dinamismo, aunque resulta difícil de entender qué ventajas aporta frente a los muchos perjuicios que provoca.
Hoy es lunes. Lunes de recuento, otra vez. Aunque Madrid siga en el candelabro, conviene estar atentos a lo que pasa en nuestra propia casa.
Jesús Lens