Deberia hablar del Museo de Beirut, con una estupenda coleccion de piezas, sarcofagos, etc. sobre todo tras ver el video de como quedo el edificio tras la guerra civil y como se salvaron algunos de sus tesoros, gracias al empeno del director, que blindo las piezas mas importantes con cemento y traslado las piezas mas delicadas a la caja fuerte del Banco Central, maxime sabiendo que el Museo estaba en plena Linea Verde y por tanto fue escenario de guerra.
Deberia de hablarles del Monte Carmelo, donde se adoraba al Dios Baal, una mole recubierta de nieve que tanto me recordaba a mi Sierra Nevada. Y de una ciudad omeya, una especia de pabellon de verano de la Dinastia de Damasco. Pero veo las noticias, los muertos, las barbaridades religiosas que se cometen, veo como el derecho internacional es burlado y como se actua con total impunidad, y lo veo aqui, en Damasco, y me produce especial repulsion. Porque el regimen islamista de Hamas es vergonzoso. Pero lo que esta haciendo Israel es de juszago de guardia. Y los que pagan, los de siempre. Los pobres y los miserables que no tienen donde caerse muertos.
En la zona del Monte Carmelo. el famoso Monte Hebron, muy cerca de la frontera con Siria, en la zona de los Altos del Golan, la presencia militar, alerta, era brutal. Y mientras escribo esto, la tele no deja de emitir imagenes de ninos palestinos muertos. Ayer, antes de acostarme, en Beirut, mandaba un SMS en que mostraba, una vez mas, mi estupefaccion por estar disfrutando de los placeres de un viaje, de haber conocido a un grupo estupendo de personas, y de gozar del hedonismo del Mediterraneo estando tan cerca del corazon del Infierno.
Me sigue pasando lo mismo hoy. No siento miedo ni inquietud alguna. Me acabo de despedir de Montse, Carmen, los dos Joses, Fernando y Lilliam, que vuelan hoy para Espana. Y aun cansado, me da mucha alegri el poder disponer de un dia mas en Damasco para prolongar este viaje estupendo. Pero siento culpable por estar preocupado por la historia, la cultura, la religion, el arte y la gastronomia de una zona del mundo que vio nacer la historia de la humanidad y que, a la vez, sufre en sus carnes la inhumanidad de la guerra. Una guerra basada en algo tan supuestamente peregrino como las religiones, mucho mas que opio para elpueblo. Mucho mas negativo, por supuesto: coartada para que la sangre se siga derramando, de forma impune, en medio mundo.
Si. Pasamos la frontera. Y fue un tramite engorroso. Y hemos venado pasta y una sopa de cabolla, charlando de viajes y de proyectos de futuro. Pero nada de ello tiene mucho sentido ahora. Me voy a dormir. A leer un rato y a planchar la oreja, comodamente tumbado en mi cama del Hotel Europa, donde el recepcionista, muy majo y con el que me llevo de maravilla, me ha reservado una suite de pitufa madre para rematar mi estancia en Damasco.
Y, sin embargo, a un punado de kilometros hay una guerra ahora mismo. Y acabo de volver de un pais que todavia no se ha recuperado de la ultima contienda civil y que mantiene una paz de lo mas precario. No se si tiene algun sentido todo esto, pero era lo que el cuerpo me pedia escribir y asi lo he hecho.