Sé que no debería hacerlo, que no puede ser bueno para la salud y que me arriesgo a que un día me dé un jamacuco. Lo sé. Y aún así, me encanta correr a mediodía, con las tripas vacías, cuando el desayuno no es sino un recuerdo y el cuerpo empieza a pedir la chicha del almuerzo.
Sea invierno, sea verano, nieve, truene, caigan chuzos de punto o esté el asfalto derretido por el sol, cantando la chicharra y los aires acondicionados a tope; yo salgo a correr a mediodía. Por aquello de las sensaciones, si recuerdan ustedes. Y mis aliados son: Por la mañana, siempre que puedo, agua, mucha agua, utilizando la táctica saharaui de los camellos y dromedarios de almacenar para cuando no haya. Bien del grifo o, si encarta, agua de Lanjarón.
Porque beber rima con correr y nuestro color, ya lo saben ustedes, es el Verde. Sí. Estamos locos. Pero nos gusta. Jesús Lens. Etiquetas: correr, insolación, gazpacho, aquarius, agua, lanjarón, alvalle, cerveza, alhambra 1925, verdes |