Jesús Lens

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ALIATAR

La columna de hoy viernes, en IDEAL, en clave festiva, relajada y copera.

-Anoche me estuve tomando una copa en el Aliatar.
– ¿En el Aliatar? ¿En el bar de los bocadillos?

Este diálogo lo he mantenido, a lo largo de la semana, en varias ocasiones. Y he tenido que explicar que no. Que ese Aliatar sigue siendo el paraíso de los bocatas, gloria bendita servida entre panes tiernos y jugosos, pero que aún no se ha convertido en bar de copas.

– ¿Entonces? ¿El de los caracoles?
– No, hombre. El Aliatar. El Aliatar de toda la vida. ¡El cine!

Efectivamente, el edificio que albergara las únicas salas de exhibición cinematográfica alternativa de esta ciudad, con pelis en VOS o provenientes de países exóticos, ahora se ha convertido en un macro bar de copas de diseño, que empieza a ser muy frecuentado por los granadinos.

Reconozco que entré al Aliatar con una mezcla de sensaciones encontradas. Por un lado, la curiosidad de ver cómo había quedado el lugar, tras varios años cerrado. Por otro, la rabia y la pena por el hecho de que los locales tradicionales de nuestro centro más emblemático, como el Suizo o Los Manueles, sucumben al feroz apetito de la globalización más voraz y despersonalizada. ¿En qué se habría convertido “nuestro” Aliatar?

Siendo completamente honesto, aunque mi alma de cinéfilo se retuerza por dentro, debo confesar que me encantó, aunque fuera extraño pasar por la zona en que se situaba la garita de las palomitas y los refrescos y, en vez de encontrarte las butacas del cine, entrar a un espacio diáfano, enorme, minimalista, decorado con un gusto exquisito.

Al fondo de la estancia, donde estaba la gran pantalla de la Sala A del cine, hay un inmenso frontal blanco, sencillamente decorado con botellas de ginebra, repetidas hasta casi el infinito, como si de una litografía inacabable de Andy Warhol se tratara.

El personal, muy cualificado y profesional es, además, altamente amable y cortés. Y la música, en absoluto estridente (al menos los días de diario) un Chill-house embriagador, con sonidos brazilectros y toques de Nu-jazz, incluyendo temas de artistas que me enamoran, como Salif Keita. El DJ está en los antiguos palcos y, en lo que antes era la recepción de las salas B y C del cine, ahora hay un impactante espacio, de un blanco nuclear que llega a herir la vista, abierto al centro de Granada a través de una gran ventana estratégicamente situada.

Un bar de copas moderno, atractivo y muy agradable que, cuando desciende una inmensa pantalla del techo y empiezan a proyectarse sobre ella fotogramas en blanco y negro de películas clásicas, provoca una extraña sensación de dejá vu que, sinceramente, a estas alturas, aún no sé si me gusta… o me subleva.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.


Comentarios

3 respuestas a «ALIATAR»

  1. Hala! qué sitio es éste? Te vas a mudar aquí definitivamente?

  2. Lamento diferir. Estos días pasados navideños visité el sitio, y vaya, mi impresión es radicalmente diferente: para comenzar, un gorila en la puerta, que escanea de arriba abajo y mira con cara despectiva mis zapatillas Puma, y a pesar de llevar chaqueta, camisa, ir afeitado y expresarme correctamente en sujeto-verbo-predicado, tuve que ‘dialogar’ brevemente con él para lograr el acceso. Punto negativo.
    ¿El ambiente interior? En primer lugar, la música no era muy nu-jazz que digamos, tirando más bien hacia un rollete tecno barato bastante remanido. Lástima, hubiera sido genial un poco de Thievery Corporation, quizás algo de IDM amable, o, como bien dices, jazz electrónico. En fin, música impersonal y algo chabacana.
    A poco que te guste el mundo del interiorismo, te das cuenta que no le han echado mucho diner.o al tema, y, si lo han hecho, no les ha cundido: la gran sala central tiene una acústica imposible, fruto del material de las paredes. La sala blanca superior tiene unos niveles de iluminación excesivos y un suelo que demuestra lo guarra que es la gente al instante (por cierto, ¿por qué arriba no hay otra música diferente?, dos músicas, dos ambientes…). Mucha historia decoración tipo Corte Inglés, pero poca calidad, poco interés en el diseño de calidad. Y, como colofón, un ambiente un tanto ‘granaino ranciete’, ir para ver y ser visto. En fin, una pena, pudiera haber sido un sitio de bandera, pero se ha quedado en un sitio escasete. De todas maneras, es de agradecer el interés por la reforma del sitio, pero ¡cómo hecho de menos el cine Aliatar! Enhorabuena por tu blog.

  3. Juan, muchas gracias por esas palabras laudatorias a este Blog. Solo una cosa. Yo tb fui en Navidad y el Aliatar me gusto mucho menos. De hecho un dia habia cola y no entre. Esperemos que pasen las fiestas y, sobre todo, ir entre semana. o los domingos, es la clave.

    Un saludo y sigue por aqui.

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