Me gusta ir a museos. Incluidos los de Arte Contemporáneo. Y me gustan las salas de exposiciones y los centros culturales.
Y me gusta el arte conceptual.
Por ejemplo, me gusta cuando me sitúo ante una pieza, la miro, la vuelvo a mirar y pienso: “esto es una gilipollez”.
Luego leo la explicación que acompaña al título. Y ahí está. La idea. El concepto. Y ya tenemos muy dicho, con Manquiña, que lo importante es el concepto.
Armado con esa nueva y trascendente información, me vuelvo a situar frente a la pieza en cuestión.
Y, por lo general, pienso: “Esto sigue siendo una gilipollez”, claro. Pero queda el concepto.
Y lo importante.
Jesús Lens