Hoy les quiero hablar de un amigo. Es un gran escritor, también. Pero sobre todo, es un amigazo: Carlos Bassas del Rey, que ayer se alzó con el premio Hammett concedido por Semana Negra, el máximo galardón de la novela negra escrita en castellano. Lo comparte con Juan Sasturain, leyenda viva del noir argentino, lo que no hace sino darle más valor al galardón.
Ha querido la casualidad —o no— que hace un par de semanas, la nueva novela de Carlos Bassas encabezara mis recomendaciones lectoras para este verano. Le dediqué a ‘Soledad’ una buena parte del Rincón Oscuro, la sección semanal que, los jueves, IDEAL le brinda al género negrocriminal.
Carlos ha ganado el Hammett con ‘Justo’, su anterior novela, también publicada por Alrevés, editorial que se ha hecho con cuatro de los últimos seis Hammett. ¡Ojo al dato y a la visión de sus responsables, Gori, Ilya y el resto del equipo! Y ‘Justo’ fue, precisamente, la novela seleccionada por Granada Noir para ser leída por los clubes de lectura municipales, tan bien gestionados por Eloísa Planells. El encuentro entre autor y lectoras fue fructífero y bien aprovechado, que Carlos tiene un piquito de oro, además de escribir cada vez mejor.
A falta de meterle mano a sus novelas ‘japonesas’, lo he leído todo de Carlos Bassas y puedo asegurarles que cada uno de sus libros es mejor que el anterior. Se trata de un autor arriesgado e inconformista cuyas ganas de evolucionar se perciben en cada obra. Para ‘Justo’ eligió como protagonista a un anciano. ¡Y qué anciano! En ‘Soledad’, el personaje principal es una inmigrante sudamericana cuya hija adolescente aparece muerta. Una novela dura y descarnada, sin concesiones.
Carlos se ha portado con Granada Noir como el tipazo que es, entregado y generoso. Lo mismo ha ido a Huéscar a presentar una proyección de ‘El silencio de los corderos’ que ha charlado de ‘Justo’ con los mayores de la residencia Fray Leopoldo. Por todo ello, permítanme compartir con ustedes la alegría por un gran premio concedido a un gran amigo.
Jesús Lens