Mi hermano me dijo, sin embargo, que este domingo había una Carta al Director en que me interpelaban por mi columna del viernes, la tan traída
Manda Crisis.
Les dejo la carta y la respuesta que damos hoy en las páginas del periódico, invitándoles, además, a participar en las dos nuevas encuestas de la margen Derecha, sobre la propia crisis y la carrera presidencial americana. Y a repasar el debate suscitado en «¿La caída del Imperio Amricano?»
¿Cuál es la alternativa total al sistema?
28.09.08 – Miguel Higueras Pérez.
Sr. Director de IDEAL: La crisis económica. Esto es algo que nos preocupa a todos (bueno, quizá no a todos, pero sí a una gran mayoría). En tiempos de crisis las conciencias suelen oscurecerse, contraerse, (valgan estos adjetivos), de una forma negativa, miedosa, al menos así lo entiendo. El miedo, el pánico, nunca benefician a la conciencia (menos aún a la democrática), si consideramos a aquélla como la estructura mental más avanzada de la evolución cerebral humana. En realidad se sabe poco, científicamente hablando, de la conciencia, pero ahí está. Tomar conciencia de las cosas, del mundo que nos rodea, forma parte de la actividad cerebral de los humanos. Alcanzar un nivel de conciencia alto tiene mucho que ver con la cantidad de elementos racionales que podamos manejar. Por ejemplo, si alguien no tiene conciencia, o no sabe racionalizar, sobre qué cosa es la ley de la gravedad, tendrá serios problemas para sobrevivir. Este es un ejemplo extremo, lo sé, pero todo lo que concierne a nuestra supervivencia, básicamente, gira en torno a nuestras decisiones racionales, (¿o no?).
Al respeto, quisiera referirme a lo escrito por un columnista (iba a decir privilegiado, no sé por qué) de IDEAL, llamado Jesús Lens Espinosa de los Monteros. Dicho columnista escribió un artículo (26-9-2008) titulado ‘Manda crisis’, haciendo referencias, claro está, a la crisis económica, por fin reconocida por nuestro Gobierno. El señor De Los Monteros nos propone al final de su columna que «si en este mundo quedara algo de conciencia social y ardor juvenil, habría hecho que millones de airadas personas se lanzaran a la calle, todos (¿quizá no serían todas?) a una, para poner en jaque el orden establecido que privatiza los beneficios y socializa las pérdidas».
Yo no sé si el ardor juvenil o la ira podrían aportar alguna alternativa al sistema (el capitalista) que, según nuestro columnista, siempre ha excluido y menospreciado a la gente. Me parece muy bien que el señor De Los Monteros apele al ardor juvenil; pero yo le preguntaría esto: ¿El simple ardor juvenil y la ira nos puede proporcionar alguna alternativa al sistema de mercado, con todos sus defectos? ¿Lo piensa así el señor De Los Monteros? Y si así lo piensa, ¿cuál sería la alternativa total al sistema (no apelando a simples reformas con las que yo estaría de acuerdo) que nos propone el articulista, sin excluir a las leyes democráticas? Deseo que me responda, porque yo ignoro esa alternativa total. Y si no me responde, ya sé que el silencio es puro otorgamiento o ignorancia, como la mía antes aludida.
RESPUESTA:
En respuesta a la atenta carta del señor D. Miguel Higueras Pérez, ruego publique estas breves palabras.
Comenzaré diciéndole que, efectivamente, tener una tribuna semanal en IDEAL es un privilegio por el que me siento honrado, feliz y dichoso.
Y entrando en el fondo de la cuestión, le señalaré que el hecho de que la gente se manifieste en las calles, proteste contra lo que no le gusta y se rebele contra lo que considere injusto, con independencia de plantear o no alternativas, me parece un excelente síntoma de salud democrática y de madurez social. De hecho, y con respecto a la crisis financiera internacional a que se refería mi artículo del pasado viernes y su carta del domingo, los congresistas americanos, republicanos y demócratas, no han aprobado el Plan Bush para salvar el sistema financiero, sin plantear alternativa alguna al mismo. Sencillamente, han dicho NO.
Analizado en frío, ese tajante NO podría parecer la respuesta de un colectivo ácrata antisistema y, sin embargo, se trata del Congreso de los EE.UU., nada menos.
Me pide el Sr. Higueras una “Alternativa total al sistema”. Ambicioso propósito, sin duda. Créame, en cuanto la tenga, pongo rumbo a la ONU a plantearla. Entre tanto, me limitaría a sugerir que quizá haya llegado la hora de cambiar una forma de entender las finanzas cuyo objetivo único parece ser el corto plazo más avariento y codicioso, por ejemplo. Quizá haya llegado el momento de exigir que las inversiones más rentables sean las que generen riqueza sólida, palpable y duradera. Quizá.
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