Magia a la luz de la luna

¿Tú crees en la magia? O, más concretamente, cuando alguien hace un truco delante de ti, ¿eres de los que disfrutan con él y se deja envolver por la magia o de los que trata de pillar al mago en un renuncio, intentando descubrir cómo lo hace, cómo te engaña?

 Magia a la luz de la luna

Es posible que, dependiendo de la respuesta a esa pregunta, te guste más o te guste menos la última película de Woody Allen, que se basa precisamente en el engaño, en la mentira… y en la importancia de la magia, a la hora de afrontar la vida.

Todo comienza en 1928, en Berlín. Un prodigioso mago impresiona a la concurrencia que abarrota el teatro en que actúa. Interpretado por Colin Firth, el mago se muestra, tras el telón, como un tipo desagradable, tiránico, exigente y, tan pagado de sí mismo, que resulta inaguantable. Sin embargo, por improbable que parezca, tiene un amigo. Otro mago que le plantea un enorme reto: acompañarle a la Costa Azul, a la casa de una acaudalada familia en la que se ha instalado una médium y a la que resulta de todo punto imposible desenmascarar.

 Magia  ala luz d ela luna poster

Con toda su soberbia a cuestas y haciendo gala de su humor ácido, sarcástico y corrosivo, el mago se presenta en la costa mediterránea, dispuesto a terminar con los tejemanejes de la referida embaucadora, interpretada por una Emma Stone en estado de gracia. Y, sin embargo…

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Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo

A ver. Repitan conmigo: los prejuicios son malos. Y haré todo lo posible por no sucumbir a los mismos.

Por ejemplo, vas al cine a ver una película cualquiera y te ponen en tráiler de una cinta titulada “Mortadelo y Filemón… (hasta ahí vamos bien) … ¡contra Jimmy el Cachondo!” Y, automáticamente, tus meninges se rebelan: No. Una película que incluye en su título dos palabras tan improbables como Jimmy el Cachondo” no es que no pueda ser buena, es que ni tan siquiera puede ser decente.

 Mortadelo Filemón

Y te juras a ti mismo que no. Que no irás a verla.

Pero entonces se alinean los astros. Y te encuentras en la cola del cine. Cuando te llega el turno, con voz muy baja, le dices a chica que está en taquilla:

– ¿Me das dos para la sala 5?

Y ella, con el altavoz conectado, para asegurarse de que no haya errores, te espeta, a voz en grito:

– ¿Dos entradas para “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo”, para la sesión de las 9?

Y ya ni siquiera pasas por el ambigú, aunque sepas que Cinema 2000 tiene latas de Alhambra Especial muy, muy frías: fijas la mirada en el suelo y te metes en la sala, sin mirar nada ni a nadie de tu alrededor, tratando de pasar inadvertido.

Y entonces comienza la película.

Y aparece el típico chapuzas español que asegura una caja fuerte con una alcayata y cinta aislante. Y empiezas a reírte. Porque es tan, tan, tan… nuestro… Y yo no sé ustedes, si ya la han visto, pero yo ya no paré de reír. Hasta que terminaron los títulos de créditos.

Estos tipos son muy grandes... y lo sabes.
Estos tipos son muy grandes… y lo sabes.

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Jesús Lens

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La Vie en Rose

El martes 2 de diciembre, a las 19 horas, en versión original subtitulada y con entrada gratuita hasta completar el aforo del Teatro CajaGRANADA, proyección de la película “La vie en rose”, dentro del ciclo dedicado a las mujeres, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer, celebrando su 25 aniversario.

 La Vie en Rose

La película, dirigida en 2007 por Olivier Dahan, cuenta la historia de uno de los grandes iconos musicales del siglo XX, la inimitable, polémica, compleja y extraordinaria Édith Piaf, interpretada por una grandiosa Marion Cotillard; papel por el que ganaría el Oscar de aquel año.

El trabajo de Dahan convierte la película  en un abigarrado retrato impresionista del Édith Piaf (1915-1963), una de esas personas más grandes que la vida. La película arranca en los barrios bajos de París, en el distrito de Belleville. Un ambiente sórdido, pobre y canallesco en el que la Piaf se crió entre prostitutas, chulos y demás representantes de un lumpen que se divertía gracias a espectáculos callejeros de músicos y artistas ambulantes. En ese caldo de cultivo, el Pequeño Gorrión empezó a cantar y, luchando con uñas y dientes, se abrió paso en la vida y en la escena; hasta conquistar una Nueva York que cayó rendida a sus pies.

 La Vie en Rose oscar

Me voy a citar. Esto escribía yo sobre la película en mi libro dedicado al cine y los bares, “Café-Bar Cinema”:

La película arranca en 1959, cuando Édith se desploma en escena durante una gira en Nueva York. Desde el principio del filme, guionista y director quieren reflejar la dimensión más sensible y vulnerable de la cantante. Y por eso comienza por el final, en Nueva York. De inmediato, la acción se retrotrae a Belville, a 1918, en plena Primera Guerra Mundial. La pequeña Édith, frágil y enfermiza, vive en la calle, donde su madre se gana la vida cantando a grito pelado. Su padre, durante un permiso, la recoge y la lleva a vivir con su abuela, que regenta un lupanar. Y será entre las prostitutas y sus clientes donde transcurran los primeros años de vida de la niña, que después pasará a vivir inmersa en el mundo de la farándula, acompañando a su padre de circo en circo, de ciudad en ciudad, hasta que ella misma empieza a cantar en bares, tabernas… o en la misma calle.

 La Vie en Rose depardieau

En otro salto en el tiempo, vemos a Édith en torno a una nutrida mesa, bebiendo champán y celebrando su regreso a París. Y allí hace una de esas declaraciones que la caracterizan:

– “Me llamo Édith Piaf y hago tonterías.”

Entre burbujas y alcohol. Así transcurre la vida de Édith, antes de descubrir el poder calmante de la morfina tras sufrir alguna de las muchas intervenciones quirúrgicas a que tuvo que ser sometida a lo largo de su intensa vida, llena de enfermedades y accidentes. La vemos brindar generosamente por su compositora… “y también por los que esperan verme caer. Por los que creen que me engañan.”

La acción se retrotrae al pasado nuevamente, a cuando debutó en el Gerny’s, regentado por el personaje interpretado por el siempre excesivo Gerard Depardieau, que reivindica el poder del Music Hall y la importancia del cabaret, ese ambiente festivo, canalla y alcohólico que tanto gusta a Édith, y que frecuenta “para que mi cuerpo cierre el pico.”

 La Vie en Rose cotillard

Pero si hay un momento emotivo en la película es el que cuenta cómo, en 1961, Édith Piaf ofrece el primero de una serie de conciertos, los más memorables, famosos y emotivos de su carrera, en el Olympia de París,  que por entonces estaba a punto de cerrar sus puertas de forma definitiva, por problemas económicos. El Olympia era su sala favorita  y sería en ella dónde interpretaría la famosa canción “Non, je ne regrette rien”, compuesta especialmente para ella por Charles Dumont y que se adapta como un guante a su persona. Y a su personalidad. Gracias a estas actuaciones, que fueron un absoluto éxito de público, consiguió salvar al Olympia de la quiebra, lo que tiene especial mérito dada la mala suerte que siempre acompañó tanto a la artista como a las personas que la rodeaban.

¡Ay, el Olympia! Si quieres saber más sobre este templo, tendrás que comprar y leer “Café-Bar Cinema”, si aún no lo tienes. Escríbeme a jesus.lens@gmail.com y seguro que nos ponemos de acuerdo.

Jesús Lens

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Orígenes

¿Juegan determinados científicos a ser Dios? ¿Qué es el alma? La frase, “lo hicimos porque no sabíamos que era imposible”, ¿tiene algún sentido? ¿Qué es, en realidad, lo imposible? ¿Hay vida, más allá?

 Orígenes

“Orígenes” es una película sorprendente, emocionante y diferente. Una película de ciencia ficción que conquistó a crítica y a público en el pasado Festival de Cine Fantástico y Terrorífico de Sitges. Y al jurado, por supuesto, que le concedió el premio a la mejor película. Una película, paradójicamente, sin sangre, sin violencia y sin horror. Una película impregnada por un aliento poético de largo alcance.

Escrita y dirigida por Mike Cahill -del que ya ardo por ver su anterior “Another earth” -la película cuenta la historia de Ian un científico que, interpretado por Michael Pitt, trabaja con los ojos. En el sentido literal de la expresión.

 Orígenes cahill

Ian, absolutamente racional y cartesiano (hasta en el momento más inoportuno de serlo) desarrolla sus investigaciones en el campo de la visión y las retinas desde que descubrió que los ojos de cada individuo son únicos. Y se acostumbró a fotografiarlos. Una pasión estética y artística que derivó en ciencia y que, por casualidad, le conducirá a conocer a la mujer de su vida.

A partir de ahí… ¡date un rápido salto al espacio Lensanity para seguir leyendo esta reseña!

Jesús Lens

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Interestelar

No te dejes engañar: “Interestelar” no es larga. En absoluto. Sí. Es cierto que dura tres horas. Pero no es larga. Para nada. De hecho, he visto multitud de películas de 90 minutos infinitamente más largas.

 Interestelar

Y es que, como bien le enseñara Marilyn Monroe a Albert Einstein en una fiesta de Hollywood en la que ambos pasaron mucho rato juntos, hablando, riendo y tomando copas; en esta vida todo es relativo.

El tiempo, por ejemplo.

Así, las tres horas que dura la última joya de Cristopher Nolan se pasan en un pis pas. Es que no da tiempo ni a rebullirse en el asiento, de lo intensas y atrapadoras que resultan.

¿Creen ustedes en la magia?

 Interestelar fotogramas

Ir al cine, a ver “Interestelar”, en una pantalla gigante, es disfrutar de un grandioso espectáculo que nos reconcilia con el sentido que tuvo, en sus orígenes, el ahora llamado Séptimo Arte: la magia. La capacidad de sorprender e imantar a los espectadores que, con la mandíbula descolgada, asisten al espectáculo de las naves espaciales, bailando en la estratosfera.

(Sigue leyendo esta reseña en mi espacio Lensanity de Cinema 2000. Y aprovecha para mirar horarios y ofertas cinematográficas)

Jesús Lens

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