El miércoles, tras la propuesta de Paco Cuenca de incluir a concejales de otros partidos en su gobierno, salió a relucir mi yo más perverso y malintencionado. “Por ahí se van a colar Salvador y/o Huertas, como el que no quiere la cosa”, pensé. Acto seguido me surgieron dudas. ¿No queremos una alcaldía de altas miras que vaya más allá de lo inmediato? Para eso es necesario abrirse a otras ideas y propuestas, a diferentes puntos de vista y opiniones.
En abril del año pasado, Antonio Cambril proponía un ‘Pacto por Granada’ que reeditara, a escala local, los que se habían acordado tanto en Madrid como en Sevilla para la reconstrucción pospandémica. Para el concejal Podemos—IU, el apoyo del PSOE al presupuesto municipal presentado por el bipartito fue una puñalada, trapera y mortal, a aquel acuerdo. Sin embargo y por haces del destino, Cuenca ha recogido su testigo.
El lunes arrancarán las negociaciones para conformar ese nuevo gobierno municipal. Más allá de los nombres, cargos, concejalías y competencias; nos interesan los proyectos concretos que darán soporte a las ideas fuerza que el nuevo alcalde de Granada desgranó en su discurso de investidura. Y las partidas económicas sobre los que se sustentarán. Si no, nos quedamos en el marco de la retórica y las buenas intenciones.
Aquí se plantea la disyuntiva del huevo o la gallina. ¿Qué debe ser antes, el programa o las personas que deben ejecutarlo? La cuestión no es baladí, dado que el PP se ha comprometido a apoyar las iniciativas del nuevo equipo de gobierno que sean positivas para la ciudad. Y Olivares, interrumpiendo por unos instantes su discurso catastrofista sobre el futuro que nos espera, reclama la continuidad de algunas de las líneas de trabajo del bipartito.
Si Cuenca empieza por incluir a miembros de Podemos—IU y a Luis Salvador en su equipo, sin más, nos vamos a hartar de escuchar críticas al Frente Popular Transfuguista Mercenario y cosas del mismo jaez. Llámenme pesado, pero voy a insistir en mi ruego a nuestros munícipes: consensúen un acuerdo de mínimos sobre el futuro de Granada que apunte más allá del 2023 y comprométanse a trabajar en su consecución, al margen de sus rencillas y enfrentamientos personales. Si hay concejales que no están dispuestos a hacerlo o no se ven capaces, que den un paso atrás y dejen su lugar a otras personas con ganas de sumar. ¡Menos vetos y más votos!
Jesús Lens