CUAVERSOS: NUNCA CAMINARÁS SOLO

Previa: Tienen una encuesta, en la Margen Derecha, sobre estas iniciativas: Liblogs y Cuaversos. Mójense.
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Entrada dedicada a Barak Obama. Ojalá que nunca camine solo.
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No se lo tomen a mal ni piensen que yo me lo he tomado a coña. Cuando nuestro hermano Bomarzo dictaminó que serían los miércoles los días dedicados a los Cuaversos de Bitácora, esto es, cuando dedicaríamos un hueco de nuestras bitácoras a la poesía, no pude evitar que las conexiones neuronales me llevasen al inequívoco aroma y sabor a Champions League, la antigua Copa de Europa de fútbol.

Y, precisamente, por estar muy españolizado y por jugar contra el Atlético de Madrid, el equipo más poético de nuestro fútbol, hoy se habla mucho del mítico Liverpool inglés.

Un club que se ha hecho famoso, además de por sus títulos, sus goles y su juego, por un himno. El célebre “You´ll never walk alone”.

Nunca caminarás solo.

Se trata de una canción compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstain II para su musical “Carrusel”, representado primero en Broadway y convertido posteriormente en película.

La canción fue aclamada, sobre todo, en la II Guerra Mundial, cuando la gente recordaba a sus familiares, movilizados en los campos de batalla de medio mundo, no en vano, la letra insiste en que siempre habrá a nuestro lado un amigo en el que apoyarnos, aunque todo vaya mal.

Cantada por artistas como Frank Sinatra o Elvis Presley, “Nunca caminarás solo” fue grabada por Gerry & The Peacemakers, un grupo de barrio de Liverpool en 1960, escalando hasta el número 1 de las listas, donde permaneció muchas semanas. Los aficionados del Liverpool la hicieron suya y, desde entonces, la cantan antes de todos los partidos, para animar y apoyar a sus jugadores.

Impresiona, escuchar a la afición de los Reds, en Anfield, todos a una, gritar a voz en grito esta canción:

When you walk through a storm,
Hold your head up high,
And don’t be afraid of the dark.
At the end of a storm,
There’s a golden sky,
And the sweet silver song of a lark.
Walk on through the wind,
walk on through the rain,
Though your dreams be tossed and blown..
Walk on, walk on, with hope in your heart,
And you’ll never walk alone.
You’ll never walk alone.
Walk on, walk on, with hope in your heart,
And you’ll never walk alone.
You’ll never walk alone.

Una traducción libre podría ser ésta:

Cuando camines atravesando una tormenta
Mantén bien alta la cabeza
Y no te preocupes por la oscuridad.
Al final de la tormenta
Hay un cielo dorado
Y el dulce y argénteo canto de una alondra.
Camina a través del viento,
Camina a través de la lluvia.
Aunque tus sueños se vean sacudidos y golpeados,
Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón.
Y jamás caminarás solo.
Nunca caminarás solo.
Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón
Y jamás caminarás solo.
Nunca caminarás solo.

¿Es o no es poesía? No lo sé.

Personalmente, me gusta y me emociona. Por el público enfervorizado, claro que sí. Pero también por la rotundidad de esa declaración de amistad.

Me gusta creer en ese estribillo.

Y pronto, muy pronto, volveremos a hablar de ello.

Porque hoy, marchamos.

Y, si me permiten, vuelto a parafrasear a Luis García Montero que, en “Vista cansada”, tiene un poema titulado “Domingo por la tarde” que termina con la siguiente estrofa:

“No conviene que demos a estas cosas
un valor excesivo.
Son noventa minutos en un vaso de agua.
Pero a mí me han quitado muchas veces la sed.”

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.