Nos encuentra la ruptura del pacto de gobierno en Andalucía mirando al cielo, muy preocupados por la inminente llegada de DANA. El teatrillo de Juan Marín de los últimos días tiene tanto de sorpresa como los previsibles chubascos de este fin de semana, anunciados por la AEMET a bombo y platillo. Es posible que, después, en el corazón del Zaidín no caiga una gota de agua y despachemos el asunto criticando a estos del Tiempo, que no dan una. Pero también puede ser que las tormentas pillen a algún turista despistado en una pista de montaña y el móvil sin batería, por lo que es mejor prevenir.
Llega la Gota Fría y, para celebrarlo, Juan Marín nos aboca a unas elecciones andaluzas anticipadas que ya había descontado hasta el cuarto árbitro más novato de la Liga. ¿Se acuerdan? A comienzos de julio nos habíamos puesto de acuerdo incluso en la fecha: el 28-O, por mucho que Susana Díaz se haya empeñado en desmentirlo y arruinar nuestro buen nombre como proféticos visionarios. Era una fecha simbólica, que se celebraba el aniversario de las míticas elecciones de 1982. (Leer aquí esa columna)
Pero también se cumplía otro aniversario menos lucido: el 28 de octubre de 1848 se inauguró el primer ferrocarril que funcionó en España, la línea Barcelona-Mataró. Y 170 años después, Granada sigue sin tren. ¿No hubiera sido una efeméride digna de celebrar?
Mientras llega la Gota Fría a Andalucía Oriental, Susana Díaz deshoja la margarita en San Telmo y Pedro Sánchez manda decir que nuestra cita con las urnas no condicionará su hoja de ruta electoral. Aunque, con la cantidad de derrapes que hay en su gobierno, caracterizado por una caótica serie de violentas aceleraciones, súbitos parones y renqueantes marchas a atrás; ya veremos por dónde nos salen en Moncloa.
Volvamos al principio. Juan Marín rompe su acuerdo de gobierno porque Susana no le hace caso en un variopinto listado de peticiones. ¿Por qué no ha presionado con más firmeza a lo largo de estos años de cohabitación para conseguir esa regeneración que Cs tanto predica y que tan escasos frutos ha dado?
A los naranjas se les acaba el tiempo. O empiezan a resultar realmente útiles o el discurso se les pudrirá en la boca, que les van a salir caries antes de haberle dado siquiera una dentellada al asado.
Jesús Lens