Cuando leí “Contacto”, de Dennis Cooper, quedé impactado. Aquí, un resumen de esta obra:
Un punk de dieciocho años que se pregunta qué es el amor; un estudiante de cine que quiere rodar un porno duro; un cuarentón francés que practica la coprofagia y sueña con descuartizar adolescentes… Y en el centro, el pasivo George Miles, que se pasa el día entero colocado con ácido, dejándose arrastrar por los deseos y pasiones de quienes lo rodean. Un cóctel explosivo: el cine de terror de serie B, la pornografía en sus diversas variantes y subgéneros, las comedias de adolescentes, el rock y la estética punk. El resultado es una novela brillante y provocadora, que plasma un mundo en el que el sexo y la violencia se expresan de manera visceral y cotidiana.
Ayer hablábamos de “El viaje a Budapest”, una novela que va a dar que hablar, que ya hemos empezado a leer y que, efectivamente, es de alto voltaje.
¿Qué os parece este tipo de literatura explícita en que el sexo, además de explícito, es sucio y provocador (si tal es posible) y las metáforas aluden a aspectos y características del ser humano y sus relaciones sobre las que, habitualmente, se corre un tupido velo?
Jesús Lens