Hoy y manana estamos en Zagreb. La lluvia no nos permite ir a los lagos de Plitvice manana, como era nuestra intencion. La idea era pasar alli el dia y tomar el tren nocturno que, en 10 horas, nos dejaria al amanecer en Sarajevo. De todas formas tomaremos ese tren, para amortizar una noche de viaje, aunque lleguemos molidos. Pero merece la pena. Al final no alquilamos coche y lo hacemos todo en tren. Es mas facil y nos ahorramos bastantes centenares de kilometros porque volver de Belgrado a Liujbliana y trasponer de alli a Budapest era una locura.
La idea es, pues, pasar hoy y manana en Croacia; dos o tres dias en Sarajevo y otros tantos en Belgrado (Serbia) -ahora tan tristemente de moda- para llegar a la capital de Hungria el sabado, volar a Madrid el domingo por la tarde y un ultimo viaje de Madrid a Granada el domingo tarde noche, en bus.
Y el lunes…
Bueno, el lunes da igual.
Hemos estado en el Museo Drazen Petrovic, pero estaba cerrado. Lo siento por nuestras camisetas, amigos Pepe y Alvaro. Desde fuera vimos los trofeos, nos hicimos unas fotos y cuando empezo a jarrear, salimos a toda velocidad en busca de un buen refugio.
No hemos visto ni una senial de aquella guerra que vapuleo toda esta zona, aunque durante el trayecto en tren, hermosisimo, entre Lujbliana y Zagreb, remotando inmensos bosques de coniferas y atravesando rios montaniosos entre jirones de niebla, no podia evitar imaginar toda la zona llena de soldados, voluntarios, guerreros, etc. Que pena.
Ahora es una zona tranquila, pero la gente no habla mucho que digamos. Complicada la interaccion con el personal, me temo. En fin, que nos queda una semana de estancia por los Balcanes y que, en la medida de lo posible, lo seguiremos contando.
A ver como se nos da la noche a bordo del expreso a Sarajevo, una ciudad que tengo muchas ganas de conocer, con una terrible e inmensa historia a sus espaldas. Muchos paisajes, muchas vivencias, muchas ciudades, muchos trenes y mucha Europa, que en estas tierras y paisajes se ha escrito buena parte de nuestra historia. En fin, que seguimos en ruta.
Un abrazo, buena gente.