Lo curioso es que, al final, “Diario de una ninfómana”, una película normalita y tirando a discreta, ha ocupado los titulares de los periódicos. ¿Será posible que todavía no hayan aprendido?
La exhibición del cartel de una chica en ropa interior cuya mano insinúa un decidido avance hacia sus zonas pudendas, fue prohibida en las marquesinas de Madrid, feudo de Doña Esperanza. La noticia saltó a la prensa, se abrió el debate y los foros de Internet, que habrían permanecido mudos ante el estreno de la película de marras, comenzaron a echar humo.
Así, y aunque en Granada haya sido estrenada en una salita muy pequeña, había un lleno total para ver la historia de esa chica que le confiesa a su abuela, una estupenda Geraldine Chaplin, que es presa de un furor uterino que empezó gustándole y ya no le genera sino problemas y sinsabores.
El morbo surge cuando, por supuesto, queremos saber si la historia es real o se trata de pura ficción. Ahora mismo no sé si el texto original en que se basa la película pasa por ser autobiográfico, pero, desde luego, una vez vista la adaptación de Christian Molina, al espectador no le deberían caber dudas: ¡falsa! ¡Más falsa que la falsa moneda con que pagaron al falso de Judas su traición!
Por todo ello, estimada Esperanza ¿qué sentido tenía montar una escandalera sin sentido acerca del cartel de una película bastante inane que no iba a durar ni diez días en cartelera?
En fin… Valoración: 6. Lo peor: Su radical falta de originalidad en todo lo que cuenta. Etiquetas: diario de una ninfómana, cine, película, christian molina |
Comentarios
10 respuestas a «DIARIO DE UNA NINFÓMANA»
Lo de la polémica me pilló por aquí y me parece que fue más buscada por la productora que otra cosa.
La peli no tenía ganas de verla, la verdad, pero ahora menos.
Un besote, hermano.
No sera una pelicula que yo vea, no. Da una version peliculera de la ninfomania poco ajustada a la realidad civica.
Y las censuras y los censores deben palparse la ropa antes de censurar. La Espe instintivamente, se palpa mucho, la Espe me pone, ya sabeis.
La habeis visto bailar?
Al o mejor Esperanza quiere volver a los tiempos de clasificada «S», es absurdo. Lo que si le ha dado es mas publicidad a la película, creo que le ha venido hasta bien esa censura.
saludos
Vamos, que al final (sin ser mala), mucho ruido uy pocas nueces. Es la primera crítica que leo de la película, pero me esperaba algo así. si es que es una pena (menos para la productora) que un asunto como este se saque de quicio.
Un saludo,
Pedro.
Desde que vi la polémica con el cartel y demás pensé que se hacía para captar la atención. No me interesa la peli así que aprovechando que estoy pobre, no iré a verla.
Saludos.
«Aprovechando que estoy pobre… no iré a verla!» (Nefer). De nobel. Sí señora.
No me atrae especialmente el tema. Me aburriría al segundo quicky. Ya lo cantaba Pablo Milanés: En posición horizaontal / hay pocas cosas que inventar.
Rigoletto
Por como la pones no me sugiere mucho , tan sólo el título. La Espe seguro que al final no se la pierde, es tan liberal como la perra de mi vecina, que mea donde quiere.
El otro día no pude ir a «Prométeme» (de Emir Kusturica) que pusieron en Baza, pero me comenta un amigo que la pille donde pueda junto con una caja de pañuelos para secarme las lágrimas de la risa. A lo mejor exageraba, pero conociendo otras pelis suyas seguro que no defrauda.
Saludos
Ay con la derecha¡ ven una paja en ojo ajeno y no una viga en el propio (¿o cómo era eso?), en fín que pululan por todas partes vergonzosos gran hermanos, la maria del monte, el juanymedio, el mira quien baila pagado con dineros público, el tómbola, el tomate, en fín, la mierda en que se ha convertido España y viene la Espe y le escandaliza ese cartel, que a mí me parece hasta artístico. Dios¡¡¡
Uy, que va, yo conozco a más de una que es así, os puedo presentar a muchas chicas que se verían reflejadas en esta historia…
Un besote
Vane
Conste que la historia es interesante y que como dice Sielito está apegada a una realidad que no debe ser agradable.
Pero cinematográficamente, la peli no es muy allá que digamos.