Espectacular la noticia sobre la detención de una banda de traficantes de droga que operaban desde Granada a través de las últimas y más modernas tecnologías. El titular ya es suficientemente elocuente: “Desmantelan una organización que fabricaba en Granada nuevas drogas e intervienen 4,5 millones en criptomonedas”.
Y es que, no sé yo en otras materias, pero en esto de las drogas, la provincia de Granada es digna de estudio, análisis y atención. ¿Leyeron ustedes el extraordinario reportaje de María Victoria Cobo sobre el negocio de la marihuana en Granada del pasado domingo? Si no hicieron, recupérenlo AQUÍ. Se trata de un sensacional ejemplo de periodismo de investigación a través del que la reportera de IDEAL cuenta, de primera mano y a partir de las fuentes más fiables, cómo funciona la industria del cannabis, desde las plantaciones clandestinas a su recolección, envasado, venta y distribución.
No dejen pasar una excepcional pieza periodística llamada a ganar premios y distinciones y que, a buen seguro, ya está siendo objeto de análisis y estudio por parte de diferentes estamentos. Empezando por Pablo Iglesias, que propone legalizar la marihuana para fines recreativos y convertir a España en una referencia exportadora de cannabis, lo que permitiría a nuestro país obtener ingresos para financiar servicios públicos como la sanidad. ¡Menudo vuelco sería, para la economía granadina, una decisión de semejante calibre!
Pero no solo del tradicional cultivo de marihuana viven las mafias de la droga en Granada. Con los pies fuertemente asentados en la historia y en la milenaria tradición del cultivo de cannabis, el tráfico de drogas evoluciona y se proyecta hacia el futuro en nuestra tierra: 112 kilos de más de 100 tipos de distintos de nuevas sustancias psicoactivas incautados en laboratorios de Granada y Valencia. ¡Y 800.000 dosis de LSD, un récord en la historia policial de la Unión Europea! Drogas de diseño pagadas con esas nuevas e inasibles criptomonedas: bitcoins, iota y lumen. Lo más cool en medios de pago cibernéticos, sin duda.
Siempre quejándonos, unas veces de que Granada abandona sus raíces y, en otras ocasiones, de que no evoluciona y está estancada. En la cuestión de la droga, sin embargo, Granada resulta ser un referente. Lástima que estas dosis de osadía y emprendimiento estén focalizadas en actividades ilegales y delictivas, y no en fórmulas de negocio lícitas… y fiscalizables.
Jesús Lens