Soñé con él mientras descabezaba una siesta improvisada al borde del rebalaje, escuchando el vaivén del mar. Soñé con el Corredor Mediterráneo, pero como en todo sueño que se precie, aparecía distorsionado, raro y surrealista.
En mi sueño, el Corredor Mediterráneo era un atleta que portaba la antorcha olímpica camino de Tokio. Y mientras los representantes institucionales granadinos le aplaudían todos a una, animándole en su carrera, una señora mayor armada con una pistola de agua trataba de apagar aquel minúsculo, pero simbólico fuego.
Lo de la señora pasó de verdad, que lo vi en las redes sociales. Tiene 53 años, se llama Kayoko Takashi (o Takahashi, que no hay unanimidad en los medios) y acabó detenida por su ‘temeraria’ acción.
No me pregunten por qué se mezclaron esas imágenes en mi cabeza. Seguramente fue el shock de ver que todos los partidos e instituciones de Granada se habían puesto de acuerdo en algo, aparcando sus diferencias partidistas y personales. Hasta hace pocas fechas, que algo así pasara por estos pagos solo podía ser fruto de un golpe de calor. En los últimos tiempos, sin embargo, algo está cambiando. Para bien.
En Granada hemos llegado a un punto de no retorno en que algunos proyectos obligan a posicionarse a todo el mundo. ¿Ha llegado para quedarse el famoso ‘aporta o aparta’? Ya no valen los ‘sí, pero no’. Ya no sirve ponerse de lado para aparecer en la foto y figurar de puertas adentro, pero sin molestar de puertas hacia afuera.
Hay proyectos e iniciativas que exigen unanimidad. Y el que no sume tendrá que explicar, bien clarito, el porqué. Y apartarse. El Corredor Mediterráneo es uno de esos casos. Ifmif-Dones, otro. Rules debería concitar el mismo consenso.
Sobre la importancia de que el Corredor Mediterráneo pase por Granada ya se ha escrito todo. El ferrocarril es el medio de transporte de personas y mercancías más sostenible y se va a convertir, de nuevo, en imprescindible eje vertebrador del territorio. Granada no puede perder ese tren, nunca mejor dicho. Son demasiados los que hemos visto pasar desde el andén sin hacer parada en nuestra tierra.
Mi duda es saber qué toca tras la firma de este manifiesto. A quién le toca mover ficha y cuándo ha de hacerlo. El calendario, para saber a qué y a quiénes debemos estar atentos para ayudar a que el Corredor Mediterráneo alcance su meta, cuanto antes mejor.
Jesús Lens