Una mezcla sutil de refinamiento y animalidad, de distinción y salvajismo primitivo. “Un aristócrata que, bajo el barniz de la civilización, se muestra como una bestia sangrienta obsesionada con su presa”. Así se describe al protagonista de nuestro Rincón Oscuro de esta semana en ‘Zaroff’, el tebeo de Runberg y Miville-Deschênes recién publicado por Norma Editorial.
Nikolai Zaroff es uno de los grandes personajes de ficción del último siglo, al que hemos visto y leído en novelas, películas y tebeos. Debutó oficialmente hace casi un siglo, que el escritor Richard Connell le dio vida en 1924 en su novela ‘El juego más peligroso’.
Pocos años después, en 1932, la novela fue llevada al cine por Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack, famoso por ser el productor de ‘King Kong’. De hecho ambas películas compartieron decorados. En España —¿quién dijo miedo al spoiler?— el filme, de apenas una hora de duración por cuestiones de censura, se estrenó con el revelador título de ‘El malvado Zaroff’, arruinando al espectador parte de la sorpresa. La tienen en Filmin.
Contaremos muy brevemente la trama: tras naufragar el barco en que viajaba, un veterano cazador alcanza una isla donde encuentra un misterioso castillo en el que se refugia un ruso escapado de la revolución bolchevique. Amante de la caza, propondrá a su invitado, rápidamente convertido en prisionero, un siniestro juego: pelear por su libertad convirtiéndose en la presa de una cacería humana.
El juego de roles y la figura del cazador cazado forman parte de la esencia de una historia que, si funciona, es porque el malo, el villano de la función, resulta extremadamente atractivo e interesante. El actor protagonista, Leslie Banks, con la cara cruzada por una cicatriz de guerra y una insidiosa mirada, le da perfecta réplica al héroe de la función, interpretado por un jovencísimo Joel McCrea. Y ojo a la presencia de Fay Wray, que sería la gran heroína de ‘King Kong’.
Años después, en 1943, Orson Welles interpretaría a Zaroff en una versión radiofónica y posteriormente, el famoso asesino del Zodíaco que asoló la Costa Oeste de Estados Unidos usó pasajes de la novela en los anónimos que enviaba a los periodistas de San Francisco, poniéndola de cruel actualidad.
Sagas famosas como ‘Los juegos del hambre’ se inspiran también en la figura del ruso loco, aunque su reinterpretación más fiel en el cine contemporáneo la encontramos en la muy apreciable ‘Blanco humano’, la primera película estadounidense del mítico director hongkonés John Woo. Y sí, el protagonista era el inefable Jean-Claude Van Damme. Pero aún así.
El cómic titulado sencillamente ‘Zaroff’ le da una estupenda vuelta de tuerca al siniestro personaje, que se las verá con una sorprendente némesis, una archienemiga singular: la hija de un capo de la mafia irlandesa de Boston cuyo padre fue asesinado en una de las cacerías humanas pergeñadas por el pérfido ruso.
Si de algo adolecía la película de 1932 era de realismo en los decorados. A pesar del ritmo y la velocidad que los directores le imprimieron a la cinta, el cartón piedra cantaba demasiado. No pasa nada, ojo, que la artesanía y el cine de época es lo que tienen.
El cómic de Runberg y Miville-Deschênes se desquita y muestra la exuberancia de la selva con todo lujo de detalles en viñetas de tamaño XXL, recreándose en los cocodrilos, los monos y los jaguares. En los ríos, los escarpados acantilados, la lluvia, los pantanos, los troncos de los árboles, las lianas… ¡qué despliegue gráfico! Y la historia, que está muy bien. Anímense a adentrarse en el universo del malvado Zaroff. Al final, le cobrarán cariño. O, al menos, respeto y algo de admiración.
Jesús Lens