EL INCIDENTE

Las últimas películas del director indio M.N. Shyamalan están consiguiendo algo que, en realidad, es muy difícil: que todo el mundo hable de ellas, posicionándose a favor o en contra, sin dejar indiferente a nadie.


En el caso de “El incidente”, como ocurriera con la peli de la sirena que presentó el año pasado, las posturas están siendo mayoritariamente críticas y negativas. En general, no está gustando, excepción hecha de una cada vez más pequeña -pero entusiasta- legión de admiradores del director de “El sexto sentido”.

Aunque no es una postura que me guste defender, reconozco que la película ni me gustó en exceso ni me pareció la castaña que otros opinan que es.

Por partes.

Los primeros diez minutos, y en ello coincide casi todo el mundo, son espectaculares e impactantes. Antes, incluso, los títulos de crédito con la secuencia de las nubes es maravillosa, un perfecto resumen y anticipo, muy desasosegante, de lo que vamos a ver en la siguiente hora y media. La cara de estupefacción de los espectadores, viendo ese arranque tan contundente, era de lo más elocuente.

Llega, después, el planteamiento de la historia, partiendo de los personajes y sus ¿relaciones? Y ahí empiezan los problemas de la película. En lo insustancial de los mismos. Ni son interesantes en el guión ni los actores que los interpretan contribuyen a darles vida. Mark Whalberg es de un inexpresivo alarmante y Zooey Deschanel, aparte de tener unos ojos de tamaño descomunal, tampoco transmite nada. Y lo de su relación… mejor corramos un tupido velo. Y, además, hay una niña, claro.

Está, después, todo lo que rodea al incidente que da título a la película, que es una idea extraordinaria, y que, esa parte sí, para mí está muy bien resuelta. Nada como una amenaza que no comprendemos ni entendemos, que se presenta de forma inesperada (Véase La niebla) y a través del medio más inocuo que podamos imaginar, para hacernos sentir incómodos, retorciéndonos en la platea.

Pero el guión no da para más. Algunos de los momentos en que Shyamalan pone imágenes a las consecuencias del incidente están muy bien. Son secas, ásperas y contundentes. Otras, sin embargo, bordean peligrosamente lo naïf. Y hay personajes secundarios con réplicas vergonzantes y ridículas, sinceramente.

Y luego está el famoso episodio en la casa perdida en el campo. Un ambiente muy del gusto de Shyamalan, como puso de manifiesto en “El bosque”, y un personaje con el que parece sentirse muy identificado. Un episodio bien filmado y resultón, pero que está metido con calzador en la historia, como si fuese un cortometraje aparte.

Para terminar, el final también está muy bien resuelto, aunque era el único posible, lógico y absolutamente previsible. “El incidente”, por tanto, ni es la obra maestra que defienden unos pocos, ni el truño que otros muchos están poniendo a parir. Es una película con cosas interesantes, con unos planteamientos muy atractivos y con un desarrollo muy irregular y decepcionante.

Valoración: 5

Lo mejor: la idea y el arranque de la película.

Lo peor: la inanidad de los personajes y las relaciones entre ellos.

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