Tenemos que felicitarnos por la decisión de la Comunidad de Madrid y del secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, de convertir al legado de Lorca en especie protegida, tras haberlo declarado como BIC. Bien de Interés Cultural.
Ahora bien, les confieso que nada más escuchar la noticia, pensé: ¿qué no estará pasando con este tema, para que haya sido necesario tomar una decisión como ésta? Y, sobre todo, me pregunto: con la prisa que se dan los unos y los otros en denunciarse y querellarse entre sí a la velocidad del rayo y por las causas más peregrinas, ¿cómo es que este tema no está todavía en los juzgados? De ello hablo hoy en mi artículo de IDEAL, en línea a lo que ya comenté sobre este tema en otro artículo de hace unas semanas: “El mal pleito”.
Hasta ahora, solo Laura García Lorca ha puesto una denuncia contra Juan Tomás Martín, por presunta falsedad y apropiación indebida. Y, como caballero que es, el denunciado se ha autoinculpado y ha cargado con toda la responsabilidad de una nefasta gestión, exculpando por completo a Laura.
¡Qué maravilla! ¡Qué manera más civilizada de conducirse! Pero, entones, ¿por qué sostiene Lasalle que el legado de Lorca no vendrá a Granada hasta que “el Centro Lorca no esté operativo y estén resueltos los problemas que existen acerca de la continuidad del Consorcio”?
Que yo sepa, el Centro Lorca está más que inaugurado, operativo, abierto y en funcionamiento. De hecho, el sábado por la mañana tengo un acto literario allí, con Lorenzo Silva y Fatos Kongoli.
Lo de la continuidad del consorcio es otra cuestión. Lasalle ha hablado de discusión sobre su continuidad y debates dentro del mismo por parte de las administraciones y la Fundación. Y eso es lo que, además de sonar a coña marinera, empieza a oler a chamusquina.
¿Cómo se puede admitir que, con un agujero de 12 millones de euros y el legado inmovilizado en Madrid, habiendo sido necesaria su declaración como BIC para evitar su venta en el extranjero o su troceamiento para pagar deudas, sigamos hablando de discusiones, debates o negociaciones?
Aquí está pasando algo muy extraño y, sea por acción u omisión, las administraciones que forman parte del consorcio tienen una gran responsabilidad en todo este tinglado. A ver si hay suerte y, ahora que las dimisiones sirven para tirar de la manta de turbios y oscuros asuntos, empezamos a saber qué pasa con el tan llevado, pero poco traído legado de Lorca.
Jesús Lens