No es una opinión. Es un hecho. El paro no baja en Granada. De hecho, la tasa de desempleo, según la Encuesta de Población Activa, se sitúa en el 28,89 %, ligeramente más alta que la registrada hace un año. Y de ello hablo hoy en IDEAL.
¿Y en el último trimestre? Pues, en los últimos tres meses, solo se han creado 100 puestos de trabajo, lo que supone que, a final de año, había 127.500 parados en Granada. Y lo de “crear” puestos de trabajo es mucho decir. Que la duración de muchos de ellos es de… siete días. 7, sí. ¿Se puede hablar de creación de empleo, con contratos de un puñado de horas?
Y lo peor de todo, desde el punto de vista granadino, es que el paro baja tanto en España como en el resto de Andalucía. Y en todas y cada una de las otras siete provincias de nuestra comunidad autónoma. Que nos alegramos de ello, por supuesto, pero que el contraste resulta más doloroso y lacerante.
¿Por qué es Granada un pozo sin fondo para el empleo? ¿Qué hacemos mal? ¿Qué podemos hacer para revertir la situación? Ya he escuchado a finos analistas de la actualidad provincial repartir culpas con la soltura con la que un cropuier reparte cartas en una partida de naipes. ¿El culpable? Rajoy. Ea. Ya está. Rajoy y sus políticas. Y con eso y un bizcocho…
No se enteran. O no se quieren enterar. La situación económica y, por extensión laboral, es calamitosa en Granada. Calamitosa, trágica y dolorosa. Y con acusaciones partidistas, ventajistas, miopes e interesadas, no vamos a ningún sitio.
Llevamos años y años ocupando los últimos puestos en todas las estadísticas sobre riqueza y empleo. Da igual que, cada ejercicio, batamos el récord de llegada de turistas, si no se traduce en generación de puestos de trabajo de calidad. Los números, nefastos, no mienten. Y nos deberían sacar los colores.
Y está, por supuesto, el tema del Nevada. Y el del resto de grandes superficies y centros de ocio, compras, shopping o como quieran llamarlo. Apartado este que se merece una reflexión en exclusiva.
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿dónde están los miles y miles de puestos de trabajo que iba a generar el Nevada? ¿Hasta cuándo hemos de esperar para verlos crecer? ¿En las estadísticas de qué ejercicio aparecerán recogidos?
Jesús Lens