De verdad, de verdad de la buena que yo quería hablar hoy de la Feria del Libro, que se presentó ayer y me dejó loco, ansioso por escribir de libros, presentaciones, charlas, conciertos y transversalidad cultural.
Pero, ¿tendría sentido hablar de cultura sin hacer referencia al -nuevo- bochorno provocado por lo más rancio del PP granadino? ¿Señor, señor, qué hemos hecho para ser portada cultural, a escala nacional, por la petición de boicoteo a una obra de teatro, en vez de por el extraordinario cartel de la Feria del Libro?
Intuyo que al PP le funciona bien la táctica del poli bueno, poli malo: como en España no hay una derecha más a la derecha que la derecha de Rajoy, Cifuentes o Sebastián Pérez; tienen que dar gusto a un electorado muy amplio, de ahí que lo mismo tiren de gente joven y supuestamente moderna y moderada, como Pablo Casado o Andrea Levy, que, de vez en cuando, saquen a pasear a mostrencos como Antonio Duarte, portavoz municipal del PP de Pinos Puente.
El mismo día que se presentaba una Feria del Libro que traerá a Granada a 150 autores y que propone hasta 250 actos, concentrados en 10 excitantes jornadas; éramos motivo de escarnio en todos los medios de comunicación por culpa de un tipo que, hace años, ya fue detenido por la policía, por intentar agredir al Lehendakari Ibarretxe tras una conferencia en la UGR. Pero que ahí sigue el tío, en primera línea de la política municipal. Con un par.
Digo que éramos motivo de escarnio porque, junto al PP, éramos Pinos Puente y Granada quienes copábamos titulares que hablaban de censura y boicot culturales. ¡Qué vergüenza, tan entrados en el siglo XXI, que el PP mantenga a personajes como Duarte como portavoces!
Y lo más curioso es que luego se extrañan, en el PP, del éxito de Ciudadanos. Y digan no entender que los naranjitos les adelanten por la izquierda, por el centro y hasta por la derecha.
No sé cómo habrán caído las palabras de Duarte en el equipo de Sebastián Pérez. Lo mismo ha sido una táctica pactada desde Génova para desviar el foco de atención por sus “Master & Comander” o, quizá, estemos ante un osado ejemplo de marketing de guerrilla para propiciar un llenazo de Alberto San Juan. Si no, no se entiende.
Jesús Lens