Ustedes van a pensar que yo soy un vago redomado y que, con la excusa de no reventarles los giros en la trama y las sorpresas del guion, me evito contarles y resumirles el argumento de las últimas películas que estoy reseñando.
Puedo prometer y prometo que no es así.
De hecho, siempre me esfuerzo por llegar a las 500 palabras que, tengo comprobado, yo soy capaz de escribir más o menos de una sentada y ustedes son capaces de aguantar, leyendo hasta el final.
Todo este largo preámbulo sirve, además de para consumir las primeras 100 palabras de las 500 prometidas, para animarles a que vayan a ver “El regalo”, a la mayor brevedad posible y, sobre todo, sin saber nada de ella.
Si luego no les parece un estupendo ejercicio de cine de género, repleto de sustos y sorpresas, hasta llegar a un final sencillamente portentoso… pues quedamos y lo hablamos. ¿De acuerdo?
(Sigue leyendo esta reseña en mi espacio Lensanity de Cinema 2000)
Jesús Lens