Dinamarca vuelve a mostrarse como un país pionero, inteligente, moderno y adaptado a las cambiantes circunstancias de cada momento, anunciando que este mismo año abrirá embajada en Silicon Valley.
El ministro de exteriores danés, al que no conocemos, pero imaginamos como un tipo cabal, dialogante y con sentido común, de acuerdo a lo que descubrimos en la serie “Borgen”, ha explicado que abren legación diplomática el Silicon Valley para establecer relaciones y contactos con esas grandes empresas tecnológicas allí radicadas: compañías que son como estados, efectivamente.
Mira que yo, hoy, tenía intención de hablar de los presupuestos de Rajoy y del tratamiento que le están dando los medios de comunicación, entre lo erótico y lo romántico, por su intento de seducción a Cataluña; la bricomanía, por aquello de tapar grietas y su pasión ingeniera, por el afán de tender puentes. Pero he pensado que es mejor esperar a ver qué dice Juanma Moreno, el líder del PP andaluz, sobre unos presupuestos que, vistos desde Andalucía, tienen unas connotaciones muy negro-criminales, entre el rescate para liberar a un secuestrado y el pago de un chantaje.
Y luego está lo de la quiebra técnica del Ayuntamiento, la subida del IBI y las medidas de ahorro que nunca llegan. ¿Han hablado nuestros concejales, en serio, sobre algunas de esas medidas, desde que el pasado mes de enero fuese necesario convocar un pleno extraordinario del Ayuntamiento, en domingo, para lo de las ordenanzas fiscales? Que entonces se iba a acabar el mundo. ¿Qué han hecho en estos tres meses, los unos y los otros?
¿Alguna medida que llevarnos al coleto? Medida concreta, quiero decir. Que frases como “se pueden reducir los gastos haciendo una mejor gestión de los recursos existentes” suenan muy bien, pero no significan nada.
Y está lo de las terrazas de ciertos bares que invaden la vía pública, la animalada de la sentencia a Cassandra por sus tuits sobre Carrero Blanco y las ramificaciones de la Operación Nazarí.
Pero yo, lo que no consigo sacarme de la cabeza, es lo de Dinamarca, abriendo embajada en Silicon Valley, en el convencimiento de que las grandes tecnológicas tienen que ver con la economía, con la política y con la creación de empleo, pero también y sobre todo, con la creación y/o manipulación de la opinión pública, en los tiempos de la Postverdad.
Jesús Lens