… ¿os acordáis? Seguro que sí, que era reciente la pregunta sobre lo que era ESTO.
Pues sí. Tenía que ver con la nieve, como tantas cosas en San Petersburgo: cuando llega el invierno, las esculturas y estatuas callejeras se protegen gracias a estos recipientes de madera. Se rellenan de arena, se tapan y entran en un estado de hibernación semejante al de los osos.
Después, cuando la primavera deshace los hielos, el arte vuelve a ver la luz. Como este Hércules, por ejemplo, que luce en toda su plenitud. ¿A que no está famélico ni parece haber pasado las penurias de las largas noches rusas?
Ya sabéis. Una caja y un buen puñado de arena…
Jesús posthibernante Lens.