El año pasado, tras una caminata por las lagunas de El Padul y un paseo por el pueblo, tuvimos la oportunidad de degustar diferentes productos de la comarca. Entre ellos, una espectacular mermelada de pimientos rojos, servida sobre un queso cremoso. Era de una empresa de la localidad, La Pauleña, y desde entonces no me he cansado de recomendarla.
Me hizo especial ilusión encontrar a la citada empresa en este reportaje que Vanessa Sánchez le ha dedicado a un grupo de personas a quienes Europa les cambió la vida, al proporcionarles financiación para la puesta en marcha de negocios y actividades productivas que les han permitido quedarse en casa y no tener que emigrar.
En nuestro subconsciente colectivo, Europa es sinónimo de fría y cansina burocracia, del euro que nos ha encarecido la vida, los inasibles fondos Feder y el rigorismo calvinista en las cuentas públicas. También es sinónimo del Erasmus, ojo, uno de los grandes vehículos vertebradores de una identidad europea puesta en jaque por los nacionalismos.
Europa también es La Pauleña, un proyecto cuya génesis está en un trabajo de final de grado de un ciclo de FP. Javier Álvarez, durante lo más duro de la crisis, sacó aquel proyecto del cajón en que dormía el sueño de los justos y lo presentó a través del grupo de desarrollo rural de la comarca de El Padul que gestiona fondos europeos para promover el emprendimiento en zonas rurales. Y hasta ahora. De una primera ‘cosecha’ de 3.000 botes de mermelada a las 70.000 que produce actualmente.
No es fácil obtener financiación europea. Se lo digo por experiencia propia. Es cierto que hay diferentes líneas y ayudas al emprendimiento, pero la exigencia, los requisitos y el control son tantos y tan exhaustivos —afortunadamente, dicho sea de paso— que es necesario un denodado trabajo para aspirar a conseguirlos. De ahí que haya personas y empresas especializadas en gestionar y tramitar los proyectos con mejores posibilidades. De esta manera, la Unión muestra su lado más práctico y humano, contribuyendo a generar riqueza y empleo.
Jesús Lens