Les juro que yo no quiero escribir más de este tema. Se lo juro por Dashiell Hammet, Raymond Chandler y Manuel Vázquez Montalbán. ¡Hasta por Snoopy se lo juro, si fuera menester! Pero no hay manera. Yo quería escribir sobre el nuevo rumbo de la Feria del Libro, por ejemplo. Sobre el Festival de Música y Danza. ¡Hasta hablar del coronavirus y las fiestas de graduación me hacía más tilín que volver a la Plaza del Carmen! Pero nada. Aquí me tienen de nuevo. ¿Han oído ustedes de eso de «un tonto y una linde. Se acaba la linde y sigue el tonto»? Pues en esas estamos.
El caso es que, cuando leí las últimas declaraciones de Luis Salvador, después de dos días callado como un mirlo, sufrí tal ataque de risa que los vecinos vinieron a comprobar si me encontraba bien, no fuera a ser que la segunda dosis de la vacuna me hubiera provocado unos descacharrantes e imprevistos efectos secundarios.
Salvador comenzaba por instar al PP a volver al gobierno municipal. Al mismo PP que lleva dos semanas largas poco menos que insultándole a la cara y llamándole de todo menos bonico. El inefable alcalde de Granada concede a los populares hasta la semana que viene para echar pelillos a la mar y volver a quererse. «A partir de ahí daremos más pasos de cara a buscar la normalización para dar la máxima tranquilidad y, teniendo que adoptarse la decisión que se adopte, para conseguir la máxima estabilidad».
¡Toma del frasco! Esa no nos la esperábamos, ¿verdad? Salvador ya puede añadir a su largo y prolijo currículo el haber hecho buenos a los Hermanos Marx con una declaración que deja en paños menores a la parte contratante de la primera parte. ¿Conseguirá propiciar, también, un gobierno de concentración entre populares y socialistas en el Ayuntamiento? Eso sí sería digno de pasar a los anales de la historia de Granada.
Mientras, los concejales de PSOE, PP y Podemos-IU no se ponen de acuerdo en acordar una fecha para reunirse y abordar los graves problemas de Granada. ¿Tendrán algo más importante que hacer, cuando se pasan el tiempo hablando de situación dantesca, surrealista y dañina en extremo para la ciudad?
Me acuerdo ahora de un capítulo de la serie ‘House of Cards’ en el que Frank Underwood encerraba a un grupo de legisladores en una sala, tras quitarles los móviles. Hasta que no llegaran a un acuerdo, no podrían salir. Les atiborraban de pizza y refrescos para que no pasaran hambre, pero nada más. Ni familia, domicilio, ducha, cama o llamadas de teléfono. A cocerse en su propio jugo y a ganarse el suelo. A sudar la camisa, la chaqueta y hasta la corbata.
Yo no quería escribir otra vez del sainete, del vodevil protagonizado por los políticos granadinos, pero el tiempo pasa y el desaguisado sigue sin arreglarse. A la hora de repartir responsabilidades, eso sí, conviene hacer memoria y recordar que PP y Vox hicieron alcalde a Luis Salvador y le han mantenido en su trono estos dos años. ¿Cuánto tiempo más le van a conceder?
Jesús Lens