– No sé. Supongo que está de puta madre
No terminó de engancharme el primer episodio de la nueva serie de HBO. Y, la verdad, pienso que quizá no me pilló en buen momento porque los dos siguientes me han parecido espectaculares, extraordinarios y muy, muy clarividentes.
El diálogo con el que empieza esta reseña transcurre después de las imágenes nos mostraran la más feroz ejecución llevada a cabo por un francotirador que jamás vi en pantalla alguna. Con la dosis justa de distanciamiento, sin apreciar los rostros de los ejecutados, pero viendo cómo sus cabezas explotan en la distancia.
Algo brutal y sobrecogedor. “¿Qué se siente al matar? No sé. Supongo que está de puta madre.” Y lo dice un tipo que pretende cuidar su karma, por encima de todo.
Los protagonistas de “Generation kill” son los jóvenes Marines norteamericanos desplazados a Irak que, mayoritariamente, tienen un sólo anhelo: matar enemigos. O, más precisamente, matar. Y punto.
Chavales que comen golosinas a destajo, que se filman con sus cámaras digitales de vídeo con la esperanza de conseguir imágenes espectaculares que vender a la CNN y cuya prioridad, cada día, es encontrar un momento y un lugar adecuados para cagar. Chavales que se pasan el tiempo cuestionando su hombría y/o sus tendencias homoeróticas.
Impresiona el despliegue de medios que los americanos gastan en Irak. Pero, sobre todo, impresiona que luego no tengan pilas para las gafas de visión nocturna o que el lubricante para las ametralladoras no vaya bien con la arena del desierto. ¿Los despropósitos de la mayor maquinaria bélica de todos los tiempos?
Y, luego, los personajes protagonistas. Empezando por ese Padrino con problemas en las cuerdas vocales, que tanto recuerda al Kilgore de “Apocalypse Now”. Lo importante para él no es la guerra, sino las batallas. En concreto, cualquier escaramuza o escarceo bélico que le pueda reportar una distinción, un reconocimiento o, sencillamente, el destacarse de las demás unidades en liza. Así, cuando uno de sus ayudantes le dice que la orden que acaba de dar convierte un reconocimiento en un asalto, el Padrino responde, fríamente: “Cuestión de semántica”. Aunque ello suponga, en realidad, la muerte de personas.
Luego está el fanático, suicida y a la vez cobarde Capitán América, absolutamente inescrupuloso con los protocolos, y para el que cualquier persona con chilaba, hombre, mujer o niño, es un enemigo potencial. Tenemos al sargento que se preocupa de otros protocolos: los de aseo, que medirá con lupa el tamaño del bigote de los soldados, para evitar que el ejército se convierta en un nido de hippies.
Más personajes curiosos. El traductor que traduce lo que le da la gana porque los psicólogos le han dicho que lo importante es mantener alta la moral de la tropa o el periodista de la revista Rolling Stone que se ha comprado un flamante chaleco antibalas por E-Bay.
Y está la tropa, claro, con un Hombre de Hielo que hace maravillas con un Ton Tón casero, más efectivo que la información de la inteligencia americana o el atolondrado postadolescente que sólo quiere matar, matar y matar, a cualquier precio. Como se aburre, en un momento dado, quiere disparar a dos perros que andan desorientados, al alcance de su arma. Su compañero le hace entrar en razón:
– “No matamos a los perros. Matamos a la gente.”
Un postadolescente que se presta al fuego enemigo porque dice que se pone más nervioso viendo un partido de baloncesto en casa que en el frente de Irak. “¡Cuánto daño han hecho los videojuegos y el rap a la juventud, banalizando la violencia!”, sostiene un sargento después de asistir al disparatado comportamiento del soldado.
Y está la radio, el elemento que amalgama a toda la tropa y les mantiene en contacto. Tipo Duro 1 hablando con Tipo Duro 2, éste con Caos y aquél con Asesino. Las comunicaciones por radio, que se quedan grabadas en el recuerdo del espectador, efectivamente.
“A partir de ahora vamos a ganarnos la fama”, dice uno de los personajes cuando empieza la acción. De momento, poca fama, mucha miseria, mucho dolor, incomprensión… y poco más. Y ahí es donde radica, precisamente, la grandeza de esta serie: en contar con todo lujo de detalles el sinsentido de una contienda que sigue abierta y que nadie entiende por y para qué.
Sí. Me está gustando, y mucho, esta “Generation Kill”.
Seguimos.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
Etiquetas: generation kill, televisión, guerra, irak
Comentarios
20 respuestas a «GENERATION KILL»
Demasiada violencia, demasiada crueldad, no me gustan este tipo de series ni de películas, aunque tu artículo es la leche.
Besillos.
Hola Jesús, me ha gustado el post, aunque yo no suelo ver estas series tan violentas, seguro que es buena y algún capítulo veré para darte la razón.
Saludos.
Hola, Jesús. Fantásticas muchas series que ponen en Canal +. Yo las voy grabando y luego las veo en pocos días, cuando tengo todos los episodios. Eso estoy haciendo con Generation Kill. Tiene buena pinta. Disfruté mucho también con Roma, Los Tudor (este mes se estrena la segunda temporada), ahora ando viendo John Adams, pero no me acaba de convencer, y me encantó hermanos de sangre, que creo que también te he leido por aqui hablar de ella. Ya sabes que la II G M es una época que me interesa mucho, y este verano tuve ocasión de visitar el famoso Nido de Águilas de Hitler, que sale en el último episodio, si te acuerdas, de Hermanos de sangre. Un abrazo,
¿ Qué se siente al ver morir a una persona entre tus brazos ?
Un país donde las armas son la prolongación de su ideología y de su falsa «civilidad» es un país enfermo. De enfermedad crónica irreversible.
No sé si Barack podrá cambiar las formas o las mentalidades, aunque lo tendrá muy difícil.
Por cierto que, en Euskadi ocurre un fenómeno similar (aunque al contrario). Allí los etarras y pro-batasunos llaman «txakurras» a los policías, guardias y pro-españolistas. ¡ Curioso !
Destacaré que, siempre es bueno ver películas o series que nos muestren esa parte de la vida que detestamos o nos disgusta. De ello, también se aprende.
Saludos. Alfa79
A mí lo que me mata es la rodilla. Me pone de un violento… Me ha dado por el juego de la oca (en el que no se mata): de carrera a carrera y sin entrenamientos. ¡¡¡Qué desastre!!! Todo, por ver gente verde.
Francisco, encantado de tenerte por estos lares. Viniendo de Casa Montoro,,, un privilegio.
Generation Kill no es especialmente sangrienta. A mí más recuerda a los Desastres de la Guerra de Goya.
Si podéis, vedla. Creo que osgustará.
Andrés,»Hermanos de sangre» era descomunal. Me maravilló esa serie. Oye ¿Qué tal El nido del Águila? Seguro que mi amigo Antonio Verde se muerde las uñas por la envidia…
A ver si te gusta esta GK.
Gregorio… ¡¡¡nos Veremos el domingo!!!
Néfer, como dice Alfa, debemos saber lo que pasa, aunque no nos guste. Y esta serie muestra muy bien lo desdichado de la intervención americana en Irak.
Un lugar muy interesante, Jesús, y con unas vistas que quitan el hipo. Si quieres más detalles -tú o tu amigo- me mandas un correo y te cuento. Ando liado con nueva novela sobre la IIGM y alguna localización austriaca va a salir.
Un abrazo,
El cine de vez en cuando nos da una pelicula o una serie realista del «ardor guerrero».
Ese ardor es deshumanización, es un «me da igual». Aparece al cabo del tiempo, borra otras sensaciones… Hace años, los guerreros eran jóvenes, en estas ultimas guerras son casi niños. Obviamente, mas mandables, mas juguetones. Y mas cosas que me callo.
Y de los etarrillas callejeros… que me decis?
Pero no es nueva esa «mozuelería» la media de edad de los fusiladores privados de nuestra guerra civil, eran los 19 años… no los soldados, los paramilitares.
Buena pinta tiene esta Generation Kill. La anécdota de los perros es acojonante… ¡Antonio!
Es un documento de esta época. Qué buen cine vemos en las series. Interesante fenómeno el de las series del digital.
¿Habéis visto el vídeo de los francotiradores? Tremendo.
Nacir, las series, como dice Boyero, son nuestro mejor cine. Yo ahora estoy flipando con los Soprano. Y mi cita para los próximos meses es «El ala oeste de la casa blanca»
El Gran Rash me dice que hay que ver Criando malvas y «en terapia» debe ser buena… ¡¡¡Que estrés!!!
Foces, cuánta razón y sabiduría en esas palabras. Oye, pronto hablaré de ello, pero tienes que ver la exposición de carteles de guerra civil de CajaGRANADA.
No tenía ni idea de que existiera esta serie, la voy a poner en la mula a ver que sale.
Creo que no es «El nido de las aguilas», creo que es el nido del aguila, Berchtesgaden. En Baviera, me encantaría conocerla, y sí la envidia me corroe.
Buenas reflexiones Jesús, he de ver esa serie
Jesús, dónde está la exposición?
Claro
Antonio, creo que te gustará. ¿Te acuerdad del final de «Hermanos de sangre»? Qué bueno.
Claro, en el Centro Cultural de Cajagranada.
Gracias, me paso a verla. No doubt.
Claro
[…] devorado “Generation kill” y “Los Soprano”. Me dicen que si no veo “The shield” no soy nadie y tengo […]
[…] la II Guerra de Irak en la monumental “Generation kill” de la que tan bien hablamos en ESTA ENTRADA, parece que con “House os Saddam” han vuelto a dar de lleno en el clavo. Personalmente, […]
[…] película técnicamente perfecta, en la línea de “Generation kill”, en la que el protagonismo recae en la permanente tensión de unos soldados que, efectivamente y […]
[…] publicado en El País hace unos días, se abría con una referencia a dicha serie. Después, con ESTA ”Generation Kill”, Simon puso su mirada en la Guerra de Irak y en las relaciones entre […]
La pelicula Generation Kill es la mejor pelicula del mundo mejor serie del año Yo lo digo porque acabo de ver la serie del primer capitulo hasta el ultimo y es la mejor serie que he visto aparte de otras peliculas de guerra ……