Hoy era el día en que debía comenzar el programa central de la sexta edición de Granada Noir. Iba a ser un programa corto, sin música, sin exposiciones, sin teatro, sin performances callejeras. Aun así, sería muy interesante y atractivo, basado en mesas redondas y conversaciones con un gran cineasta y varios novelistas y dibujantes, tanto de la tierra como de fuera.
Hace unos meses, allá por mayo, en cuanto la situación sanitaria lo permitió y en el marco del festival Gravite dedicado al viaje en el tiempo, la ciencia y la historia; hicimos unos Encuentros en la Tercera Fase en la Plaza de las Culturas de CajaGranada Fundación. Fuimos los primeros en organizar una actividad cultural presencial tras el confinamiento. Teníamos hambre y sed de cultura. De reunirnos. De juntarnos. De volver a vernos las caras al natural, aunque fuera con mascarilla. Con todas las medidas de seguridad pertinentes, por supuesto. Fueron un éxito.
Ahora, sin embargo, vivimos una situación sanitaria completamente diferente a la de mayo. Cada día se detectan cerca de 10.000 nuevos contagios por coronavirus, las personas mayores vuelven a estar blindadas en las residencias, se han cerrado los centros de día de Granada y alrededores y si determinadas comunidades autónomas y/o provincias no están confinadas, es por una mera cuestión política. Y lo que nos parece más definitivo: los hospitales y los centros de salud sufren una tensión cada día mayor.
Estas semanas, lo más importante es que la vuelta al cole salga lo mejor posible. Ese debería ser el objetivo más importante en el que concentrarnos. Eso, y no permitir que la famosa curva se empine para, después, vernos aplaudiendo en los balcones el ímprobo trabajo de los sanitarios para doblarla. Las autoridades han establecido una ratio de 10 personas por reunión social. Por algo será. Esas directrices resultan contradictorias con muchas actividades que, en paralelo, se están desarrollando estos días.
No somos cobardes ni timoratos en Granada Noir. Y seguimos hambrientos de cultura. Pero en las actuales circunstancias, empeñarnos en mantener a toda costa un programa presencial no nos parece apropiado ni pertinente. Es muy de agradecer que Cervezas Alhambra, patrocinador principal del festival, nos haya respaldado en una decisión tan ingrata como dolorosa.
Eso sí: en el momento en que las circunstancias mejoren, volveremos a la carga. Mientras, nos seguimos leyendo y escuchando. Y nos vemos. En grupos de menos de diez y con todas las precauciones.
Jesús Lens