Subimos la columna que publicamos en IDEAL el pasado viernes, a ver qué os parece.
Este año tuvimos ocasión de disfrutar la Semana Grande granadina antes de que llegara el Corpus, en la que vivimos la sucesiva inauguración del nuevo Centro Cultural de CajaGRANADA y Museo de la Memoria de Andalucía y, después, la Autovía de la Costa, más conocida como Autovía del Alto Coste y la Larga Espera.
El remate llegó con la confirmación de que Granada organizará la Universiada de invierno y será sede del Mundobásket. O sea, el Milenio para el 2013, el mejor baloncesto del mundo un año después y la nieve y el hielo para el 2015. Parece que podemos respirar tranquilos. ¡Hay vida después del Milenio!
Y a ello tenemos que añadir la promesa de que para el 2011 tenemos terminada la famosa «T invertida» de la Autovía, que tan necesaria sigue siendo, como las retenciones veraniegas del tráfico se están encargando de demostrar.
Y el metro. No nos olvidemos de ese metro ligero que tiene patas arriba toda la ciudad y del que tanto esperamos los ciudadanos de a pie. Y el AVE, claro. Algo se mueve en Granada. Afortunadamente. Porque los mencionados eventos, de año en año, tienen que servir para terminar de dotar a nuestra ciudad de diferentes y variadas infraestructuras que, una vez pasados los fastos del momento, sigan sirviendo a la ciudadanía, con el Pabellón Municipal de Deportes a la cabeza. Un pabellón que alberga los partidos del CeBé Granada, el equipo ACB de baloncesto que, habiendo culminado una más que meritoria campaña, ha visto ensombrecido su futuro por cuestiones económicas. Para variar. Eso sí: es hablar de dinero… y todos comenzamos a mirar a los patrocinadores, pidiéndoles que hagan un esfuerzo extra.
Una duda: si con un pabellón como el actual, este año no hemos conseguido llenar las gradas ni una sola vez, ¿qué pasará cuando se amplíe el aforo en unos cuantos miles de localidades más? ¿Y el gran espacio escénico? ¿Habrá un contenido sostenible para el fastuoso continente que se ha diseñado?
Porque es muy lícito ser exigentes y hasta pedigüeños con los poderes públicos a la hora de reclamar esas grandes infraestructuras. Pero, cuando toca arrimar el hombro y rascarse el bolsillo para aprovecharlas, la cosa cambia. ¿Será capaz de financiar la sociedad civil granadina buena parte de la programación del Espacio Escénico o exigiremos que sea íntegramente subvencionado, costando cada representación un ojo de la cara?
Volviendo al baloncesto, y por mucha meritoria pasión que unos cientos de aficionados granadinos pongan, ¡qué envidia saber que en Málaga, para hacerse socio del Unicaja, hay lista de espera, con un Martín Carpena lleno hasta los topes en todos y cada uno de los partidos! Cierto que los malacitanos tienen un presupuesto mayor que el nuestro y que el equipo les da mayores satisfacciones, pero ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? Una pregunta que deberíamos hacernos los granadinos más a menudo.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.