Suena el teléfono. Una amiga. Que se casa. Y me invita a su boda. En Dakar. Ríe. Está contenta. Siempre está contenta. Su futuro marido se llama Bemba y es buena gente, me dice ella. Que la tienda lleva unos días cerrada. Pero que pronto volverá a abrir.
No me da tiempo a organizarme para llegar a la boda.
Pero estoy muy contento. Y emocionado.
¡Felicidades, Petite Ndeye!
Jesús Lens