El año pasado, los hermanos Gasol protagonizaron un hito memorable cuando fueron titulares en el partido de las Estrellas de la NBA. Su salto inicial ya forma parte de la historia. Este año, sin embargo, ninguno de los dos había sido seleccionado para el All Stars, ni por el público ni por los entrenadores. Que lo de Marc entraba dentro de la lógica, pero lo de Pau era indignante. Y de ello hablo hoy en mi artículo de IDEAL.
El martes por la noche, la cosa dio un vuelvo: la lesión de rodilla de Jimmy Butler va a posibilitar que el mayor de los Gasol sí esté finalmente entre la pléyade de Estrellas de la NBA. A la vez, se confirmó que Marc tiene una fractura en un hueso del pie derecho que le hará perderse el resto de la temporada y que incluso pone en peligro su participación en los Juegos Olímpicos.
Dos hermanos. Una misma noche. El mismo deporte. El cielo. El infierno. Y la leyenda, que continúa.
Quiere la casualidad ambas noticias se crucen con otra más cercana, también relacionada con el deporte de la canasta: con 40 años de edad, Jesús Fernández consiguió el pasado domingo 34 puntos de valoración, tras completar un partido de ensueño con el Covirán. ¿Y van…?
El Gran Capitán de la escuadra nazarí está deleitándonos, otro año más, con su clase, su sapiencia baloncestística, su pasión y su entrega. Lo pensaba hace unas semanas, cuando seguía a través de las redes sociales el desplazamiento del equipo, en autobús, hasta Pontevedra. Los chavales son jóvenes, fuertes y pueden con todo. Además, el año que viene seguirán en la brecha, sea en el Fundación CB Granada o en otro equipo.
Pero, ¿y Jesús? Porque, a sus 40 años, las palizas que se está metiendo entre pecho y espalda no están pagadas con dinero y solo se entienden desde su amor por el deporte y su compromiso con unos colores y un equipo humano que demuestra ser muy especial.
Háganse ustedes un favor y vengan al Palacio de los Deportes de Granada. Cada rebote, cada bloqueo, cada canasta y cada tapón de Jesús Fernández adquieren la misma mítica dimensión que la contemplación de un roble centenario o de una catedral gótica.
Porque Jesús es leyenda. Y la leyenda continúa…
Jesús Lens