Estuve varios días tuiteando frases extraídas de este libro de Edward Abbey, publicado el pasado junio por la editorial Berenice y que se ha convertido en un fenómeno de ventas.
Y no es de extrañar.
Lo extraño es que este clásico de los años sesenta permaneciera inédito en nuestro país. Extraño y escandaloso. Porque se trata de uno de esos títulos fundacionales que, como señala Didier Jacob, “se ha convertido en la biblia del activismo y la resistencia más o menos pacíficos”.
Ha sido necesario que nos encontremos no ya sumergidos, sino ahogados en lo más profundo de la crisis más salvaje de los últimos cien años para acceder a una lectura descacharrante, concienciada, salvaje y, sobre todo, libre, libérrima, libertaria y libertina.
“The monkey wrench gang”, se titula el original de un libro que, además de la historia protagonizada por Hayduke, Abbzug, Sarvis y Smith; trae las siempre atractivas ilustraciones de un clásico como Robert Crumb, con esos trazos tan particulares y tan bien definidos.
Los cuatro protagonistas son americanos. Norteamericanos. Yanquis. El primero es tan yanqui que hasta estuvo en Vietnam. Porque la historia se desarrolla es aquellos míticos y mitificados años sesenta. Smith, por su parte, es un mormón que trabaja como guía de cañones. Doc Sarvis es médico en Alburquerque y Abbzug es su fiel asistenta, enfermera, amante y confidente.
Todos ellos coinciden en un descenso en balsa neumática liderado por Smith. Pero, sobre todo, los cuatro coinciden en odiar lo que las grandes corporaciones, el estado y los especuladores están haciendo con los ríos y los cañones del Colorado.
Y deciden actuar.
Porque los integrantes de la Banda de la Tenaza no son de los conformistas que se limitan a lamentarse de lo mal que está todo en la barra del bar para, después, volverse a casa y sentarse en el sofá, a tragar la ración diaria de telebasura. ¡En absoluto!
Nuestros héroes son personas de acción que deciden enfrentarse a la Máquina y a sus representantes, dándoles donde más les duele: en su frío, desmesurado e inhumano corazón industrial. Y lo harán aplicando la vieja táctica del boicot. Y la guerra de guerrillas.
Trazan su estrategia y, buenos conocedores del terreno por el que pisan, aprovechan la orografía y la geografía de uno de los paraísos que aún quedan en la tierra para…
Bueno. Para cosas diversas que requieren de valor, organización, esfuerzo y sacrificio. Actitudes que están muy lejos del soso cíberactivismo al que nos hemos acostumbrado en estos tiempos del “Me Gusta” en el Facebook, como si fueran la vanguardia de la lucha por la libertad, tal y como escribíamos en este artículo de IDEAL.
Si crees que la Máquina va ganando y que deberíamos hacer algo para igualar las fuerzas, la Banda de la Tenaza te pone en camino. Con su actitud, con su humor, con su forma de beber cerveza, de moverse por el mundo, de amar la naturaleza y de luchar por aquello en lo que creen. A través de la reflexión, por supuesto. Pero, sobre todo, a través de la acción. Mucha acción.
Jesús Lens
PD.- Cuando Robert Redford la lleve al cine, os acordaréis de esta reseña 😉