A la (con)fusión hospitalaria, me refiero. Que estaba yo tratando de mantener el espíritu navideño por todo lo alto, pero las últimas noticias sobre la negociación para el arreglo del follón hospitalario me han sumido en la más honda de las confusiones. Y de ello hablo en IDEAL, hoy.
Y mira que había gente que me lo venía advirtiendo: que esto es una tomadura de pelo. Que el fondo del asunto está en los brutales recortes realizados por la Junta de Andalucía en la sanidad granadina. Que la fusión, lo único que busca, es reducir costes por la vía de eliminar personal sanitario…
Y yo, que no quería creerlo, haciéndole caso a las cifras oficiales y a unos argumentos que, ahora, me parecen harto inverosímiles y más falsos que las posverdades del Brexit.
¿En qué clave, si no, debemos interpretar el pacto firmado por la gerente de los hospitales granadinos y los sindicatos CCOO, UGT, CSIF y Satse? Un pacto que supondrá la contratación inmediata de un mínimo de 76 profesionales para Urgencias y de unos 340 más para el resto de categorías.
Hablamos de un mínimo de 416 ¿nuevos? profesionales para una plantilla de unas 8.000 personas. ¿Estamos locos o, como parece, nos habían engañado miserablemente, tomándonos el pelo de forma vergonzosa?
Y lo peor es que hay dos sindicatos que siguen considerando que no es suficiente. Uno de ellos, el de ese doctor Candel sin cuyo empecinamiento, la Junta de Andalucía nos habría mangoneado. Literalmente.
Insisto en que no me gustan sus maneras, pero con estas cifras en la mano y con esas firmas estampadas en un documento oficial, no queda más remedio que rendirse a la evidencia denunciada por los críticos con la fusión: esto es una vergüenza. Y, a la vista de cómo se han desarrollado los acontecimientos, me inclino a pensar que sigue sin ser suficiente, como señalan el Sindicato Médico y USAE.
Por desgracia, la Junta parece estar gestionando esta crisis como si de una partida de póker se tratara: faroleando al principio y echando el resto al final, para sacar de la mesa a los rivales más timoratos y asustadizos.
Parece mentira que la Junta de Andalucía esté jugando de esta manera con algo tan importante como es la salud. Y la pregunta es: ¿estarán utilizando la misma política en otras áreas de igual importancia, como la educación?
Jesús Lens