LA CONJURA CONTRA AMÉRICA

Aunque muchas veces tendemos a olvidarlo, Alemania fue derrotada en la II Guerra Mundial, en buena parte, porque los EE.UU. entraron en la contienda y fueron clave en el desembarco de Normandía, Sicilia, etc. Pero ¿qué hubiera pasado si los aislacionistas norteamericanos, mucho más numerosos de lo que nos imaginamos, hubieran hecho prevalecer sus tesis, manteniendo a la potencia yanqui fuera de la conflagración?

Item más, ¿qué habría ocurrido si Roosevelt no hubiera renovado su mandato y el presidente electo de los EE.UU. hubiera sido el as de la aviación, germanófilo confeso y aislacionista convicto, Charles Lindbergh?

Hace unos días escribíamos sobre “El sindicato de policía Yiddish”, una novela ucrónica de Michael Chabon en que el autor jugaba con la posibilidad de que, tras la II Guerra Mundial, el pueblo judío hubiera sido instalado en Alaska, en vez de ir a Palestina. En los comentarios a la entrada correspondiente de esta Bitácora, un clarividente José Antonio Flores escribía la siguiente verdad: “La historia del mundo, para bien o para mal, pasa en buena parte por la cultura judía.”


Muy cierto. Y por ello, “La conjura contra América”, de Philip Roth, publicada por Mondadori, resulta una lectura apasionante y esclarecedora. Porque la ucrónica elección de Lindbergh como presidente americano y su aislacionismo militante tendrá consecuencias muy directas en la comunidad judía estadounidense.

Los protagonistas de la novela son los miembros de una familia apellidada Roth, y, para más inri, la visión que tenemos de todo lo que va ocurriendo pasa por los ojos del pequeño Philip, un niño de siete años que verá cómo toda su vida se verá afectada por la política gubernamental para con los judíos.

¿Qué es más importante, ser judío o ser norteamericano? ¿Son cuestiones incompatibles? ¿Es bueno o es malo que los integrantes de las comunidades religiosas vivan juntos, en barrios netamente confesionales o es más conveniente deshacer los guetos e “integrar” a los judíos en comunidades WASP del Medio Oeste?

Estas serían, a título de ejemplo, algunas de las preguntas que el lector se va haciendo a medida que entra en los entresijos de la vida ucrónica de los Roth. A lo largo de las páginas de “La conjura contra América” se van planteando situaciones que, sin ser brutalmente dramáticas, obligan a los protagonistas a tomar decisiones. Y al lector, a analizarlas y pensarlas. Y a tomar partido. Sobre la participación en la guerra. Sobre el colaboracionismo. Sobre la resistencia pasiva. El compromiso, la solidaridad, la envidia, la maldad, el arribismo…

“La conjura contra América” es un libro apasionante en que se desgranan algunos de los asuntos capitales del ser humano como animal social, religioso, familiar, patriota y comunitario. Una novela de una intensidad temática extraordinaria, pero escrito con una exquisita sensibilidad y un prodigioso sentido del ritmo.

Uno de esos libros que hacen pensar, que te obligan a tomar partido, a reflexionar sobre tantas y tantas cuestiones que muchas veces damos por supuestas y superadas, pero que la realidad geopolítica circundante se encarga de recordarnos que no. Que, o no han terminado del todo o pueden volver. Que la Guerra Fría todavía se puede calentar, que hay blancos que no admiten que un negro opte a la Presidencia de los EE.UU., que en Cuba, los norteamericanos tienen campos de concentración, que la religión sigue teniendo un peso descomunal en la vida de miles de millones de personas. Etcétera.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.