Guillermo del Toro es un tipo con las ideas claras, los gustos bien definidos y sus intereses, a la vista de todos.
A Guillermo del Toro le gusta el cine de terror. Y punto. Historias retorcidas de personajes al límite que viven en los márgenes de la sociedad. Personajes cuyas existencias no se parecen en nada a las nuestras y cuyas vidas se rigen por códigos, situaciones e intereses alternativos y paranormales.
Y ahí entra, por supuesto, su pasión por los grandes mitos de la literatura y el cine góticos: vampiros, fantasmas, ominosas leyendas que se hunden en el tiempo… y mansiones. Esas viejas mansiones victorianas que se caen a pedazos, pero que albergan mil y un secretos, mil y una historias y, sobre todo, algún cadáver que otro, bien guardado en un armario.
Y todo eso es la nueva película de Guillermo del Toro, “La cumbre escarlata“, una cinta que no cuenta nada nuevo que no hayamos visto/leído antes, pero es que lo hace ¡tan, tan, taaaaaaaaaan bien!… que da gusto verla, por supuesto. Aunque las almas sensibles se vean obligadas a taparse los ojos con las manos, en alguna ocasión.
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Jesús Lens