“Hace cien años, África era un vasto continente desconocido. Solo unos pocos exploradores y misioneros, los buscadores de marfil y los infames traficantes de esclavos arriesgaban la vida por unos caminos empapados de sangre. El premio era colmillos de elefante y esclavos lustrosos de sudor, vendidos por los jefes de tribu durante las incesantes guerras tribales o capturados por los negreros. El león y el leopardo cazaban sin piedad entre los rebaños de animales. Y los hombres, incapaces de comprender a los otros hombres…se volvían como las bestias. Y sus vidas eran como las de las bestias.”
Jesús apresado Lens