¿Se anima usted a hacer un pequeño ejercicio práctico? Si está en el bar o en la cafetería, coja una servilleta y pida un boli en la barra. Salvo que sea usted de la maravillosa vieja escuela que aún va por el mundo con su propio bolígrafo. Si está en casa o en la oficina, un folio valdrá.
Ahora, y sin seguir leyendo esta columna, anote las tres infraestructuras más importantes que, a su juicio, no se han realizado en la provincia de Granada en los últimos años. Unos dirán que la culpa es de la crisis. Otros, que estamos olvidados por Sevilla y por Madrid. Los habrá, incluso, que responsabilicen al propio ser granaíno, más proclive a la queja y al lamento que a la acción directa.
Da lo mismo. Eso nos da igual de cara al ejercicio planteado. ¿Han elegido ya cuál es su podio de infraestructuras pendientes? ¿Las han situado en orden creciente?
Cuando me puse a hacer esta folletaíca, ni que decir tiene que en lo más alto situé al AVE. Y a la estación, soterrada o sin soterrar. De Moneo o sin monear. El tren como anhelo. El tren como metáfora. El tren. Cada vez que veo una película con tren me descubro suspirando con melancolía. Me da lo mismo que sea un film de época o un western; uno contemporáneo o futurista y de ciencia ficción. Es ver unos raíles y una locomotora en pantalla y me quedo como tonto, con la mirada perdida.
También me acordé de proyectos fantasma como el Atrio de la Alhambra o el Gran Espacio Escénico, cuyas maquetas, planos y proyecciones virtuales ya forman parte de la memoria de una Granada Imposible, la Granada que Nunca Fue.
Luego pasé por segundas circunvalaciones, el Museo de la ciudad, puertos deportivos y nuevas dársenas… ¡Hasta al funicular a Sierra Nevada y a las escaleras mecánicas a la Albaicín-Alhambra llegué! Y es que, armados con un boli, una servilleta y una Milnoh bien fría sobre la barra; todos somos los mejores arquitectos de nuestra tierra.
Cuando pagué la dolorosa y ya salía por la puerta, caí en la cuenta de la gran infraestructura pendiente en Granada. Una de las que más falta nos hacen y que tan olvidada tenemos. Ojalá hayan estado ustedes más avispados con su lista que yo…
Jesús Lens