Esa noche había puesto «Inland empire», de David Lynch, en el DVD. Aguanté despierto la primera hora. Después… no lo pude evitar. Cerré los ojos sólo un momentito… y Morfeo se adueñó de mí.
Tras lo que yo hubiera jurado que apenas habían sido unos minutos de sueño reparador, me despertó el estrépito de la maldita televisión. La película había terminado, el DVD se había apagado y la tele, que seguía encendida, se había conectado a alguno de los cutrecanales locales.
Medio adormilado aún, esperando encontrarme con el careto del alcalde o el de algún otro preboste de la ciudad, me fijé en las imágenes que proyectaba la caja tonta. Y no di crédito a lo que veía.
¡Aquella era mi casa!
Me froté los ojos y, de un salto, me incorporé del sofá. A través de la pantalla podía ver mi buganvilla y, justo delante, a un bombero, sosteniendo con fuerza una manguera de la que emergía un potente chorro de agua.
Cambió la panorámica de la cámara.
Enfocó a la puerta de la casa, a través de la que salía una notable cantidad de humo. Y, de repente, un sanitario salió de dentro, arrastrando una de esas camillas con ruedas. Sobre ella, a un tipo moreno le habían puesto una mascarilla. Los rostros del resto del séquito que salía del interior de mi vivienda no hacían presagiar nada bueno.
Y en ese momento, cuando inspiré profundamente para llenar los pulmones de aire, intentando contener la ansiedad que me invadía, lo noté.
Olía a quemado.
Entonces lo comprendí: una vez más me había quedado dormido, viendo una película, mientras me fumaba ese maldito cigarro por el que ella tantas veces ella me había regañado, antes de abandonarme, llevándose consigo a los niños, tras nuestra enésima bronca por mi afición al vodka y al tabaco nocturnos.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
Comentarios
10 respuestas a «LA RAZÓN»
Si es que está claro que fumar no es bueno… ^_^
Muy bueno el relato Jesús.
Néfer, como te decía, lo «escribí» mientras corría esta mañana. Una paliza de 24 Kms. Está claro que el sueño del sudor produce monstruos.
La pregunta es… ¿dejo de correr o dejo de escribir?
Jajajaja.
Gracias, amiga.
Y vamos con el Instante Decisivo.
Pues como tú mismo dirías «bienvenidos esos 24 km si te hacen escribir cosas como esta» ^_^
Así que ni una cosa ni la otra.
Enga, a por el Instante Decisivo, a ver que sale.
¿no será el vodka el que filma esas imágenes en tu cabeza?
Guauuuuuuuu. Sigue haciendo todo lo que haces, que lo haces muy bien.
quitarse de fumar es una hombrada… echate a fumar unos años y luego te quitas. te sentiras realizado.
lo de la maggi de los simpson fue asombroso.
Por eso los hombres mayores (como Yo ), realizamos de a una cosa por vez.
Jamas fumar en la cama, es una buena cosa.
Eso de mascar chicle y cruzar la calle es demasiado para mi, Se cumplieron 40 años de Los Beatles cruzando la calle y yo tenia 20.
Jesus porfa, sigue corriendo y escribiendo.
Abrazos.
Y es que el correr predispone la mente a escribir cosas muy interesantes. Me ha recordado en parte el After Dark de Murakami (sobre todo por lo del reflejo de la TV).
La tele, amiga del solitario y enemiga de todos los demás
Antonio, el vodka nunca me ha servido de inspiración. Correr sí. Lo sé. Soy el anticlásico, pero a mí me va bien la vida sana y ordenada para currar. No es muy literario, pero es verdad. Aunque tampoco sé yo si esas manos de correr son muy sensatas jajaja.
Nefer, Claro, ¿qué sería del bloguero sin el apoyo constante de los amigos, el aliento del resto de nosotros?
Foces, Rodolfo, menos lobos, que sois mucho más jóvenes y activos que buena parte de los supuestos jóvenes que nos rodean.
Seguiremos corriendo y escribiendo.
! Ay, la cama ! !los tiempos aquellos, cuando franco, en que la cama era cama! Y no como ahora, que solo es un catre…
!Ay la cama ! y despues… !un pito !.