LADRÓN

En el Nueva Orleans post Katrina, Nick Atwater, un profesional del robo ha instalado su sede, camuflado como vendedor de coches. Desde allí planea sus golpes, hace las simulaciones y prepara todos los materiales que le harán falta para ejecutar, a la perfección, sus robos.

La serie comienza, por supuesto, con un butrón en que conocemos a un grupo de lo mejor avenido, que trabaja profesionalmente, relajando tensiones a través de bromas y risas. Roban unos diamantes y, de paso, se llevan un buen puñado de billetes que había en la caja fuerte. Primer error: el dinero era de la mafia china.

Pero es que, además, uno de los miembros del grupo comete un fallo que, aún no teniendo importancia, pudo comprometer el buen fin de la operación. Segundo error. Y, además, los miembros del grupo tienen familias, problemas con los hijos, esposas irascibles y, también deudas acumuladas. Problemas familiares que se agudizan en el caso de Nick, afroamericano, negro zahíno que vive con una rubia cuya hija, habida en otro matrimonio, no lleva excesivamente bien la relación con su padrastro.

Y con esos mimbres, Norman Morrill, creador de “Thief”, ha tejido una historia de robos, amor, muerte y traición que Sacai y yo nos vimos de una sentada la tarde del sábado. Seis episodios que se pasan en una volada, con una factura impecable y un trabajo actoral que Andre Braugher se lleva la palma, como protagonista casi absoluto de una historia de alta tensión en la que nunca llega a perder el control. O casi nunca, un papel que, además, le reportó el segundo Emmy de su carrera.

Además, como artistas invitados están Linda Hamilton, a la sazón, madre de John Connor en Terminator; y Michael Rooker, quien diera vida al salvaje “Henry, retrato de un asesino” que tanto nos conmocionara y que tanto criticara Nanni Moretti en una de sus películas.

“Ladrón” es, por tanto, uno de esos solventes productos televisivos de un siglo XXI que da mejores productos a través de la pequeña pantalla que de la grande. Realismo sin aspavientos, temas de actualidad, emoción y un solvente guión que, además, nos ha producido especial alegría al reencontrarnos con una serie nueva, que nuestra relación con el medio televisivo parece una terminal de aeropuerto: T3 de Perdidos, T4 de Mujeres desesperadas, T2 de Héroes, T3 de Prison Break, etcétera.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.