¡Qué pedazo de proyecto! 23 historietas de género negro ambientadas en la ciudad condal. Publicado por Norma Editorial, el tomo “BCN Noire” es una declaración de amor/odio de medio centenar de guionistas y dibujantes a la ciudad de Barcelona.
23 historias que muestran aspectos muy diferentes de una de las capitales del mundo, una ciudad en permanente proceso de cambio y transformación, sometida a todo tipo de tensiones y siempre en el foco de la actualidad más palpitante.
23 visiones diferentes sobre el lado oscuro de Barcelona, la ciudad del diseño por antonomasia. 23 perspectivas alternativas al discurso oficial, de uno y otro lado. 23 historias protagonizadas por personajes mucho más reales que esos otros cuyos discursos y proclamas nos tenemos que tragar un día detrás de otro.
Como siempre ocurre con las antologías y los proyectos colectivos, unas historietas me gustan más que otras. Por ejemplo, simpatizo más con las protagonizadas por mendigos, putas e inmigrantes que con las tramas de mafiosos de altos vuelos.
Escribe Cristina Fallarás en el prólogo de BNC Noire un perfecto resumen de lo que encontrará el lector a medida que avance en la lectura de sus páginas: “Llegué a Barcelona en los años ochenta, cuando todavía se llamaba a las cosas por su nombre y nosotros no fingíamos creer en la igualdad. Este volumen excelente es un compendio de drogas, sangre y putas. Las cosas por su nombre”.
Efectivamente. Las cosas por su nombre. Por ejemplo, en “Servesa bier amigo” de Salva Rubio + Diego Olmos, una de las historias que más me han gustado, protagonizada por un inmigrante paquistaní que no tardará en saber el precio de ser otro tipo de Messi, en Barcelona.
O la pira funeraria que, por Sant Joan, montan unos okupas. Que hay muchas tribus urbanas representadas en BCN Noire. Si es que a los skin heads más fachas, protagonistas de dos o tres tramas, se les puede denominar así. Aparecen, por ejemplo, en “Bajo presión”, una historieta escrita por Damián Campanario y dibujada por nuestra Natacha Bustos.
Me apropio de “nuestra” Natacha Bustos por dos razones: nacida en Ibiza, estudió Bellas Artes en nuestra fértil y feraz UGR y su obra forma parte de la exposición “Rueda de reconocimiento: la huella del noir en el cómic granadino” que La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea y Granada Noir estrenaron en la tercera edición del festival patrocinado por Cervezas Alhambra y que seguirá en cartel hasta mitad de diciembre, en La Madraza.
En “BCN Noire” hay una historia que homenajea a “Taxi Driver”, algún crimen perfecto que no termina de salir muy bien y venganzas. Muchas y sentidas venganzas. También es una gozada descubrir una crítica certera y afilada a las nuevas y posmodernas modalidades del célebre timo de la estampita y a costumbres del siglo XXI tan ridículas como el Balconing o el Reto del Takifugu: comerse el ponzoñoso pez globo que, mal cocinado, puede ser letal… y subirlo a las redes sociales.
Y hay droga. Mucha droga. Porque la droga forma parte del paisaje de nuestras ciudades y pueblos. De la coca y el caballo a la maría, pasando por la droga caníbal que convierte a los hombres en bestias. También hay locos, pirados, zumbados y chalados; elemento propio de las grandes urbes. Y ojito con ellos, que sus cerebros, más agujereados que un queso gruyere, tienen sinrazones que sus corazones no son capaces de ponderar.
En BCN Noire hay, en fin, brillantes historias de grandes maestros como Andreu Martín o Sánchez Abulí, dos de los padres del género negro en nuestro país.
En su brillante epílogo a este más que recomendable volumen, el padre del proyecto, Raule, explica su génesis: “Se me ocurrió que sería fantástico escribir unas cuantas historietas de género negro ambientadas en Barcelona y que las dibujasen diferentes artistas de la ciudad. Por la eterna falta de tiempo y los muchos proyectos que llevo entre manos, pronto deseché la idea de escribir yo solo todas las historias, así que contacté con mis camaradas guionistas y los sumé al proyecto”.
¡Qué maravilla, encontrar el empuje y la complicidad de tanta buena gente y de semejante caudal creativo para sacar adelante un proyecto de tamaña envergadura!
Y otro apunte importante que hace Raule: “Tuve claro desde el principio que la Ciudad Condal iba a ser un personaje más y que los autores tenían que conocerla como la palma de su mano, por lo que me autoimpuse unas directrices: todos los autores debían llevar muchos años viviendo en Barcelona (aunque no hubieran nacido en ella), ser profesionales del cómic y tener cierta experiencia o trayectoria en el género negro”.
Con esas mimbres, es lógico que Norma Editorial apostara a ciegas por el proyecto: el resultado es de una gran calidad y las 23 propuestas que componen “BCN Noire” permiten hacerse una magnífica idea de las muchas caras alternativas a la oficial de una de las grandes ciudades del mundo.
¿Se imaginan, un libro así basado en Granada, con la cantidad de talento creativo que hay en nuestra ciudad? Ejem, ejem. Ahí lo dejo…
Jesús Lens