Se le puede y se le debe leer en cualquier temporada, mes o estación, faltaría más. Pero leer los álbumes de José Luis Munuera en Navidad tiene un qué sé yo muy especial. Como dice Juanjo Guarnido, esa otra bestia parda del cómic granadino, que es lo mismo que decir del cómic mundial; Munuera atesora un superpoder que le permite escribir y dibujar dos álbumes al año. ¡Y qué álbumes!
La tercera entrega de su saga ‘El corazón de hojalata’ se titula ‘Sin pensar en el mañana’ y es una gozada, claro. Personalmente, me gusta todo lo que hace nuestro Munu, pero esta serie retrofuturista sobre una sociedad en la que conviven humanos y robots me disloca especialmente, que no hay tema de mayor actualidad.
La sensibilidad con la que José Luis afronta cuestiones como la aceptación incondicional del otro, la exclusión y la xenofobia es exquisita. “Hay veces en que no hay que preguntarse si podemos. Hay veces en que no hay que preguntarse nada. Sólo hacer lo que es evidente. Y contribuir a la belleza del mundo”. Al terminar esa serie de viñetas y pasar la hoja te encuentras con una página tan, tan, tan bella que, después de soltar un ¡ohhhhhhh!, te dan ganas de imprimirla y enmarcarla. Y eso que el autor no es particularmente complaciente, ojo, que sus historias están llenas de matices y claroscuros.
Y luego están las versiones de clásicos anglosajones que se está marcando este auténtico crack del noveno arte. Tras darle una atractivísima vuelta de tuerca al ‘Cuento de Navidad’ de Dickens y reflexionar sobre el ‘preferiría no hacerlo’ del Bartleby de Melville; ahora nos trae una preciosa evocación de Peter Pan antes de ser el Peter Pan que tan bien conocemos.
¿Habían oído ustedes hablar de ‘El pajarito blanco’, novela de James Matthew Barrie de 1902? Ahí aparece ya un primer apunte del que terminaría siendo un icono de la cultura popular. Cuando lo lean, ya verán, ya. Y también verán genialidades como la página 83, epítome del menos es más.
Porque la obra de Munuera está repleta de hallazgos narrativos, además del humor, la ternura y la fantasía que le caracterizan. Y es que hay personajes, como dice Sir James Hook en el maravilloso posfacio del ‘Peter Pan de Kensington’ publicado por Astiberri, capaces de emanciparse de sus autores para instalarse en la imaginación del público por siempre jamás.
Jesús Lens
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