Cuando me voy de viaje y estoy preparando el macuto, una de las elecciones más difíciles es la de qué libros añadir al equipaje. Tengo un E-reader de esos, pero no termino de pillarle el punto. Un libro de papel, de los de siempre, me sirve como ancla a algunas de esas costumbres que forman parte de mi esencia y que me hacen ser como soy. Y que no me gusta perder ni aun estando de viaje, cuando suelo olvidarme de todas mis rutinas, costumbres y aficiones.
Si viajas a zonas de habla hispana, la decisión de qué libros llevarte no es tan arriesgada ya que siempre podrás encontrar otros títulos que te apetezca leer. De hecho, visitar librerías es algo que me encanta, cuando viajo. Pero si te marchas a Noruega, Suecia y Finlandia… ¡más te vale acertar!
En esta ocasión, me decidí por tres libros gordos. Muy gordos. Que me permitieran disfrutar de una lectura continuada en los aviones, las terminales, la furgoneta o, llegado el caso, en los refugios, si el tiempo se ponía tonto. Tres libros que me permitieran sumergirme en épocas, ambientes y personajes muy distintos. Dos de ellos, recién publicados. El tercero, con algunos meses ya, en los anaqueles.
Estas han sido mis lecturas de verano escandinavo:
Y sí. Las tres son muy recomendables, como iremos exponiendo en los próximos días… Para empezar, una declaración de principios de Karoo: «La vida no se puede reescribir. Avanza por medio de corrientes al azar, caprichos y estados de ánimo… más por cambios de humor que por un argumento».
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