La España de las autonomías también era esto. Enfrentarse a la gestión de la segunda ola de la pandemia, por ejemplo. Y decidir qué hacer en competencias como Educación y Salud. Ni los Géminis más recalcitrantes podemos entender que pidan su gestión centralizada los mismos que, allá por mayo, clamaban por el final del estado de alarma y la devolución de esas competencias a las autonomías. Sobre todo porque no lo hacen por una cuestión de salud pública, sino por pasarle el marrón a otro.
Estamos a poco más de una semana para septiembre y hay quien habla de la ‘incertidumbre’ sobre lo que nos traerá el otoño. ¿Incertidumbre? No quiero ser derrotista o alarmista, pero tampoco hay que ser Nostradamus para anticipar que el resto del 2020 y el arranque del 2021 van a ser muy complicados, por decirlo suavemente.
En su momento se decidió dar por terminado el curso escolar sin que hubiera vuelta a las aulas. Era lógico. A la vez, se puso en marcha la recuperación del sector de la hostelería y el turismo. Igualmente lógico y necesario. La operación Salvar el Verano, si la miramos con los ojos de marzo o abril, ha sido un éxito. Pero está teniendo un coste muy alto: brotes, rebrotes, conatos de transmisión comunitaria y el cierre del ocio nocturno.
Así las cosas, nos encaminamos a un septiembre para el que deseamos, tanto como tememos, la vuelta del alumnado a las aulas. ¿Ha hecho sus deberes la administración? A la vista de lo que vamos leyendo estos días, parece que no, hasta el punto de que ya se anuncian huelgas en el sector en Madrid.
Para la operación Salvar las Aulas, la Junta de Andalucía tendrá qué decidir qué es lo que realmente importante. Porque me parece contradictorio que ya se hable de educación semipresencial y, a la vez, se anuncien los calendarios de competiciones deportivas de alevines, benjamines y demás pezqueñines. No seré yo quien le ponga un pero a la importancia del deporte escolar, pero es necesario priorizar. Y la cuestión de las actividades extraescolares no resultará pacífica.
Tendrán que hilar muy fino la Junta de Andalucía y los Ayuntamientos. Se van a hartar de limitar, acotar y prohibir actividades lúdicas, deportivas y recreativas. Determinar qué es lo realmente importante será su responsabilidad prioritaria. Y les lloverán palos. Porque la España descentralizada y de las autonomías también era esto.
Jesús Lens