El pasado lunes se ‘celebró’ el llamado Blue Monday, catalogado como el día más triste del año. Si semejante chorrada siempre me ha parecido una ridiculez, lo de este año ha entrado directamente en la categoría de mentecatez. ¿Será por días tristes, oscuros y amenazadores en este arranque de 2021?
Seamos claros: ¿tiene usted salud y tiene con qué pagar las facturas e ir tirando? Pues arreando que es gerundio. A trabajar y a hacer cosas, como recomienda el humorista Miguel Ángel Martín en la despedida de su imprescindible informativo matinal para ahorrar tiempo.
Que la cosa está mal no escapa a nadie. Que estamos locos por practicar ejercicios de escapismo y huir de la cruda realidad, aunque sea momentáneamente, tampoco. El fin de semana, por ejemplo, aprovechando estos luminosos días de invierno y antes de quedar perimetralmente encerrados, muchos capitalinos se escaparon a la Costa, a la Sierra y a la Alpujarra, desoyendo los consejos gubernativos sobre el autoconfinamiento.
Es lo que tiene la confusión de mensajes: con la boca grande, la de hablar, te instan a quedarte en casa, a no salir. Con la boca chica, la que se pronuncia a través del BOJA, te animan a asomarte al chiringuito, a bajar al bar o a disfrutar de una barbacoa en el merendero. Es lo que tiene esa dialéctica imposible que defiende una cosa y la contraria al mismo tiempo.
Hablemos de luz. De forma casi clandestina, el 23 de diciembre a las 20.36 horas, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, hacía público que el Premio Nacional de Arquitectura 2020 era para Alberto Campo Baeza, artífice de dos edificios señeros de Granada: el Cubo de Bankia y el Centro Cultural de CajaGranada Fundación.
Por razones laborales, esos dos edificios forman parte de mi vida. Pude entrar al Cubo cuando todavía estaba en obras y viví muy de cerca la construcción de su edificio hermano. Siempre, todas y cada una de las veces que traspaso sus puertas, siento su belleza. ¡La de gente a la que he acompañado para hacerla partícipe de esa admiración!
Campo Baeza utilizó la luz como uno de los elementos arquitectónicos definitorios de estas dos obras maestras. La luz del sur. La luz de Granada. En estos tiempos sombríos y oscuros en los que nos desayunamos, comemos y cenamos con malas noticias, este Premio Nacional de Arquitectura debería hacernos saltar de alegría, entre el orgullo y la satisfacción.
Jesús Lens