Ha sido un detalle que el teniente de alcalde de El Valle investigado por cultivo de marihuana haya dimitido “para salvaguardar su imagen, la de su partido y la del gobierno de la localidad”. Su partido, el PP, ya se encontró hace unas semanas con la desagradable sorpresa de que una de las personas más activas en las reivindicaciones vecinales de la Zona Norte, azote de Paco Cuenca y asesor aúlico de Sebastián Pérez en la cuestión de los apagones eléctricos, acabara en comisaría… por tráfico de marihuana.
Pero esto del cultivo de ‘maría’ es como lo de la auto-subida de sueldos de alcaldes y concejales nada más ocupar el puesto: no sabe de colores políticos. Así, el año pasado dimitía un concejal de Pampaneira, del PSOE, al que le descubrieron 355 plantas de marihuana en su finca alpujarreña.
Sobre el tema de la marihuana he escrito en otras ocasiones. Se trata de una droga con muy buena prensa, muy cool, bien acogida y tolerada en distintos ambientes. Su reverso oscuro, sin embargo, habla de mafias, blanqueo de dinero, vuelcos, atracos, asesinatos…
Granada ocupa un lugar preeminente en el mapa del tráfico internacional de ‘maría’. Un día sí y otro también nos desayunamos con información al respecto. Pero resulta especialmente preocupante que representantes públicos de los grandes partidos, concejales electos en sus localidades, estén en el meollo de estas investigaciones.
¿Ese es el conocimiento de sus candidatos que tienen las formaciones políticas? El tráfico de marihuana es un delito que deja pingües beneficios. ¿Tan bien disimulan su fortuna los concejales-narcotraficantes? Lo mismo son tan cuidadosos y enigmáticos como el Walter White de ‘Breaking Bad’. O, quizá, resulta más fácil mirar para otro lado y no querer saber.
Esa actitud ha sido muy propia de los grandes corruptos de este país, a quienes lo mismo les brotaba un Jaguar en el garaje que les aparecía una ‘piporrá ‘de dinero negro en un altillo de casa. O será el milagro de los panes y los peces en su versión más estupefaciente.
Jesús Lens