Lo comentábamos en la barra del bar, apurando la (pen)última caña. “Os va a parecer increíble la vigencia y la rabiosa actualidad de muchas de las viñetas que Martínmorales dibujó hace decenas de años. Humor gráfico que, hoy, podría ser el chiste del día en cualquier periódico de este país”. Y uno de los contertulios respondió: “Y eso, ¿no es preocupante?”
Yo hacía referencia a la universalidad y a la atemporalidad del humor, cuando es bueno. A la capacidad que tienen los mejores humoristas gráficos de trascender el momento histórico con sus viñetas. Pero también es verdad que, por desgracia, la realidad tiende a repetirse, tozudamente, una y otra vez.
Que sí. Que somos europeos, que pagamos en euros, que estamos en el siglo XXI, que hablamos con naturalidad del Bosón de Higgs y el CERN nos parece algo muy cercano, etcétera, etcétera. Pero que el pelo de la dehesa, por decirlo a lo bruto, es muy trabajoso de depilar. Y, sobre todo, con qué facilidad vuelve a brotar.
Tienen que ver ustedes la exposición con las 300 piezas seleccionadas para la exposición “Martínmorales. El dibujo inagotable”, en el Centro de Exposiciones de CAJAGRANADA de Puerta Real. Además, durante los próximos meses podrán disfrutar de una de sus viñetas, cada día, en IDEAL. ¡Ya verán, ya, cómo sigue vigente el trabajo de Martínmorales!
Sus retratos de la realidad, siempre certeros, hacían pupa. Pero, dirigidos a personas, partidos e instituciones de todos los colores y los espectros ideológicos, siempre han sido respetados. Porque nunca nadie puso en duda el compromiso de Martínmorales con la verdad. Y la verdad, duele.
Buena prueba de ese compromiso fueron sus problemas con la censura. Y es que las viñetas de Martínmorales, siempre apegadas a la actualidad informativa del momento en que eran dibujadas, constituyen una inmejorable crónica política y social de una España que, con sus luces y sus sombras, quemaba etapas a toda velocidad, tratando de adaptarse a una modernidad a la que siempre parecíamos llegar tarde.
Uno de los elementos definitorios de un periódico son las viñetas de sus humoristas. Cuando son buenos, como es el caso de Martínmorales, funcionan como el mejor y más certero de los editoriales. Una viñeta bien ejecutada permite al lector, de un solo vistazo, hacerse una perfecta idea de la situación política y social del momento. ¡Disfrútenlas!
Jesús Lens