Que sepan ustedes que en la colección Nube Negra que dirijo para la editorial Palabaristas, acabamos de reeditar la primera novela del ciclo del Detective del Zaidín, de nuestro querido Alfonso Salazar. Ya saben: en digital, por 1 euro (o más, si ustedes quieren) a través de Lektu.
Razón AQUÍ.
El Detective del Zaidín nació, literariamente hablando, en 2003, cuando Alfonso Salazar lo convirtió en protagonista de la novela “Melodía de arrabal”. Desde entonces, las andanzas de Matías Verdón por el popular barrio granadino –y por otras muchas calles de la ciudad nazarí- han ocupado tres novelas más, la última de ellas editada el pasado año.
Paradójicamente, la primera entrega de la serie del Detective del Zaidín estaba descatalogada, por lo que no era posible para los lectores completar el ciclo de lectura. Para facilitar una lectura completa e integral de las deliciosas historias de Matías Verdón y su ayudante, Desastres; la colección Nube Negra de la editorial Palabaristas ha reeditado en formato digital “Melodía de arrabal” que, tras la reescritura y actualización del propio Alfonso Salazar, lleva como subtítulo “Un gorrión sentimental”.
Esta nueva edición de la novela, que cuenta con un excelente prólogo del novelista Alejandro Pedregosa, permite conocer no solo los orígenes de Verdón y todas las personas que le rodean, sino descubrir más en profundidad el Zaidín, el popular barrio granadino.
Por supuesto, “Melodía de arrabal” no es una novela localista. Porque todas las ciudades del mundo tienen un Zaidín. O varios. Pero, ¿qué es el Zaidín? Es un barrio de Granada cuyo nombre tiene etimología árabe, Saedin, brazo de agua o tierra entre ríos, al estar enclavado entre los ríos Genil y Monachil.
Sin embargo, no es precisamente su origen lo que lo hace universal. Si seguimos avanzando en la historia del barrio, tal y como la cuenta la Wikipedia, descubrimos que “En la década de los 60, la barriada crece desordenadamente y sin los equipamientos más básicos. La desmesura urbanística se convierte en el rasgo más característico del Zaidín”.
Ahí sí. Ahí sí radica su universalidad. En el desorden. En la desmesura, en el caos. Y en sus habitantes, por supuesto. Porque en todos los Zaidines del mundo hay personajes como los que Alfonso Salazar retrata en esta primera aventura de Matías Verdón, el inefable detective de barrio que se gana la vida olisqueando en las infidelidades ajenas, toda vez que no tardó en arruinar un floreciente negocio familiar de fontanería, heredado de su suegro.
Ahí tenemos al detective del Zaidín, a finales de los años 80 del pasado siglo, cuando un Maradona fichó por el Granada C.F. y la ciudad hirvió con la ilusión de reverdecer viejos laureles futbolísticos. Ahí va Verdón, peregrinando de bar en bar y escuchando lo que comentan los parroquianos, para estar al día de todo lo que pasa en el barrio. Un Matías Verdón que cuenta con ayudantes tan cualificados como un veterano cartero con ribetes ácratas y una sed acumulada de siglos, Desastres; y con un peluquero coleccionista de esquelas de los muertos del barrio, el Planchet.
Y entonces, un caso. Nuevo. Diferente a todos los casos. Porque se trata de investigar las circunstancias de una muerte que para la policía fue accidental: el atropello de un corredor de seguros en plena Avenida de Dílar. Una investigación encargada por una de esas señoras del barrio de toda la vida. Una señora que, al margen de su recién estrenado status de viuda, está de muy buen ver. Y es que Verdón, el pobre, está pasando por una situación complicada en casa… “Un tío simple: un caso difícil”. Así se describirá nuestro investigador a sí mismo en uno de esos momentos de desaliento que todos los detectives del mundo han tenido alguna vez en el curso de la resolución de un asunto especialmente espinoso.
Pero no nos desviemos, por mucho que sea lo que los protagonistas de la saga del Detective del Zaídín suelen hacer: coger atajos en sus investigaciones. O intentarlo. Aunque terminen saliendo por los cerros de Úbeda. O más lejos. Porque, al igual que ocurre en las grandes novelas negras urbanas de autores como Juan Madrid, Manuel Vázquez Montalbán, Francisco González Ledesma o Petros Markaris; la investigación de Verdón servirá para que el lector se adentre por los intersticios más recónditos y ocultos de la sociedad del momento.
Y ahí es precisamente donde esta primera entrega de las cuatro que componen la saga del Detective del Zaidín se hace universal: en vez de contar esa ciudad histórica, turística y monumental que es Granada, Alfonso Salazar narra la historia de uno de esos barrios arcaicamente nuevos y ruinosamente modernos. Un barrio que es como una isla, al que llegaron los habitantes de los pueblos que esperaban tener más y mejores oportunidades en la ciudad. Un barrio de aluvión en el que, en los años sesenta a los que se remonta la trama de esta novela, solo había un instituto de enseñanza secundaria, por ejemplo. Un barrio en el que jugar al fútbol en los campos de tierra era más un rito religioso que una sana costumbre. Un barrio del que, todos los que pudieron, se fueron marchando. Aunque fuera a destinos tan inciertos como Madrid.
Porque la vida es un constante fluir. Un constante ir y venir. Así, Verdón, Desastres o el Planchet, son gente del barrio para la que salir de sus fronteras y cruzar el río Genil supone hacer un esfuerzo y desplazarse fuera de su entorno. “Ir a Granada”, le dicen. Porque el Zaidín es un ente autónomo de una ciudad de la que forma parte, pero siendo otra cosa.
Para la colección Nube Negra de la editorial Palabaristas, es un privilegio reeditar una novela como “Melodía de arrabal. (Un gorrión sentimental)”, el primer caso de Matías Verdón. Una novela que era casi imposible de encontrar en el mercado y que abre una saga que después continuaría con “El Detective del Zaidín”, “Golpes tan fuertes” y “Para tan largo viaje”.
Cuatro novelas que cuentan diez años de la vida de un barrio universal, pero dotado de una personalidad única. Diez años en los que el Zaidín se fue conformando como el gran barrio popular de Granada y que, en Alfonso Salazar y gracias a su detective, ha encontrado a su mejor cronista. Un cronista noir, pero igualmente sentimental.
https://lektu.com/l/palabaristas/melodia-de-arrabal/1766
El autor
Alfonso Salazar (San Fernando, Cádiz, 1968). Reside en Granada y es Licenciado en Antropología Social y Cultural y gestor cultural de profesión.
Ha publicado la traducción de Consejos a jóvenes escritores de Charles Baudelaire (2001 y 2011), el libro de poemas Amores sin objeto (2004), las novelas Melodía de Arrabal (Arial Ediciones, 2003), El detective del Zaidín (Ediciones B, 2009) y en 2013 Golpes tan Fuertes (Alhulia, 2013).
En 2014 publica Para tan largo viaje, la cuarta entrega de la serie del detective del Zaidín con Ediciones Dauro. También ha publicado el libro de cuentos infantiles Pawi en la fábrica verde (2003).
Ha realizado exposiciones de Poesía Visual. Colabora habitualmente en diversos medios de comunicación de Granada y dirige el programa en radio La Plaza Humana.
Pertenece al equipo de redacción de la revista de pensamiento y cultura www.olvidos.es Ha ofrecido charlas y conferencias en diversas ciudades y en eventos celebrados en España, Portugal, Grecia, Alemania, Francia, India y Marruecos.
Imparte Cursos de Escritura Creativa en Granada (www.tusitalas.org) y crea diseños de camisetas, bajo la marca bysalazarmendias, en:
www.latostadora.com/bysalazarmendias.