Hay gente a la que no le gustan las listas, los premios ni los balances. No me cuenten entre esas personas. Me encantan. Adoro las listas con las mejores novelas, los balances con lo más significativo del año musical y, por supuesto, me pirro con los premios.
Y no es que sea particularmente competitivo. Sencillamente, me gustan. Sobre todo porque, de un vistazo, tienes una visión de conjunto. Por ejemplo, veo las nominaciones a los Goya de este año y alucino con el estupendo nivel del cine español del 2016. Hasta el punto de que el próximo año voy a tener más interés en ver la Gala de entrega de los Goya que la de los Oscar.
Hace unos días vi “Julieta”, que se me escapó en el cine. Y sin parecerme la genialidad con la que cierto sector de la crítica más acrítica celebra todo lo filmado por el director manchego, tampoco me pareció el desastre que otros decían que era. Lo último de Almodóvar es una interesante reflexión sobre la pérdida y la ausencia y sobre la falta de comunicación en la sociedad contemporánea.
Sobre “Un monstruo viene a verme” y «1898. Los últimos de Filipinas» ya escribí en su día. ¿Y qué decir de las treinta candidaturas cosechadas por un puñado de extraordinarias películas, todas ellas encuadradas en el Noir?
Hay gente que habla del cine español de forma despectiva, como si fuera un género en sí mismo, dedicado a la Guerra Civil y a la posguerra o al chiste fácil y grosero. Gente que, supongo, no habrá visto “El hombre de las mil caras”, “Que Dios nos perdone”, “Tarde para la ira” o “Cien años de perdón”. Películas de espías, thrillers y cine policíaco de raza que nada tienen que envidiar a buena parte de los estrenos norteamericanos de este año.
Y luego está la otra gran noticia cinematográfica relacionada con los Goya. “Omega” está entre los cinco documentales finalistas. Nuestro “Omega”. Ese “Omega” que exuda granadinismo por los cuatro costado. Un granadinismo expansivo, con amplitud de miras y vocación universalista.
¡Qué maravilla, que José Sánchez Montes y su Sacromonte Films estén doblemente nominados a los Goya, por la película sobre Paesa y Roldán y por el documental sobre Enrique Morente! ¡Qué lujazo, para Granada, contar con un cineasta de ese calibre! ¡Qué ganas, de que llegue el 4 de febrero, para ver los Goya!
Jesús Lens